Cementerio Municipal : una particular forma de conocer la historia de Calama
INICIATIVA. El camposanto, que fue construido hace 125 años, es el escenario elegido por la Corporación de Cultura para realizar un inédito recorrido que busca rescatar el patrimonio material e inmaterial.
En la intersección de avenida La Paz y pasaje Los Suspiros se ubica el Cementerio Municipal de Calama, un recinto que fue construido en 1897 y en cuyas 21 laberínticas calles no sólo descansan los restos de miles de loínos y loínas, sino que también se concentra gran parte de la historia de la ciudad.
El camposanto fue construido para albergar a 11 mil personas, hoy con el crecimiento de la ciudad, tiene ya más de 25 mil y en el que se encuentran tumbas de tierra, nichos y mausoleos particulares de las familias mas influyentes de Calama y de organizaciones tan nobles como el Cuerpo de Bomberos.
También hay connotados personajes que se encuentran descansando, por ejemplo, familiares de Eduardo Abaroa, héroe de la guerra del Pacífico, alcaldes, víctimas de la dictadura militar y algunos protagonistas de leyendas urbanas tan conocidas por todos los calameños y que forman parte del patrimonio material e inmaterial de esta zona.
Es precisamente este patrimonio cultural e histórico el que se busca rescatar a través de una innovadora propuesta impulsada por la Dirección de Turismo de la Corporación de Cultura y Turismo de Calama denominada "Circuito a la Necrópolis, la Historia surge de las Tumbas".
A través de ella, un grupo de calameños tiene la oportunidad de recorrer los rincones de este cementerio y conocer de una forma muy especial, las historias y anécdotas que se esconden detrás de aquellas lápidas y cuyo trayecto resumimos a continuación.
Recorrido
La primera parada de este interesante circuito se inicia en el mausoleo de la familia Abaroa, cuyo patriarca, Eduardo Abaroa fue el principal héroe de la Guerra del Pacífico, quien nació en San Pedro de Atacama y falleció durante la batalla de Topáter el 23 de marzo de 1879, su cuerpo estuvo sepultado en el actual cementerio loíno, hasta su repatriación a Bolivia en 1952.
Actualmente, en dicho mausoleo descansan los restos de los descendientes de Abaroa, entre ellos, su hijo Andrónico.
Otra de las paradas obligadas en este cementerio loíno es el Mausoleo del Cuerpo de Bomberos de Calama y si bien, hasta la fecha, no hay algún mártir calameño, se construyó este panteón para rendir un homenaje a todos y cada uno de los voluntarios que han fallecido.
Siguiendo con el recorrido histórico, otro de los mausoleos es el que construyeron inmigrantes provenientes de la ex Yugoslavia, allí descansan integrantes de familias que llegaron a esta zona en 1900, en busca de nuevas oportunidades de desarrollo.
Otra tumba que alberga los restos de un importante actor de la historia es la del exalcalde de Calama, Justo Ballesteros, quien fue uno de los impulsores de la actividad minera en la zona, así como también de mejorar la conexión comercial con países limítrofes.
Durante esta experiencia también se puede conocer algunos protagonistas de leyendas urbanas como la conocida "Novia del camino a Chuquicamata" quien murió en un accidente camino a su matrimonio y cuyo espíritu se le aparece a aquellos conductores que transitan por la ruta que une el campamento minero con Calama.
Entre las paradas más tristes de este recorrido y que recuerda uno de los episodios más cobardes e insensibles en la historia reciente de Calama, está la tumba del niño Mateo Riquelme, quien fue asesinado por su padre en diciembre de 2014 y cuyo caso causó gran conmoción entre la comunidad de Ca-
1897 se construyó el Cementerio Municipal de Calama, que se ubica en la intersección de Avda. La Paz y Los Suspiros.
25 mil difuntos descansan en este camposanto, el que en sus inicios estaba planificado para 11 mil personas.
21 calles conforman el cementerio de Calama, lugar en el que se encuentran nichos, tumbas de tierra y mausoleos familiares.