Logran trasplantar dos riñones de cerdo modificados genéticamente a un humano
XENOTRASPLANTE. Publicación científica revela detalles de la exitosa operación de los órganos a un hombre de 57 años con muerte cerebral en Birmingham, EE.UU.
Agencias
La posibilidad de trasplantar órganos de animales a personas se investiga desde los años 90 y ahora es cuando se empiezan a vislumbrar los primeros éxitos: un equipo científico estadounidense logró trasplantar dos riñones de cerdo modificados genéticamente a un humano en estado de muerte cerebral.
Los encargados de este xenotrasplante en fase de ensayo clínico son investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Alabama en Birmingham (EE.UU.), cuyos resultados se publican en la revista "American Journal of Transplantation".
Se trata del tercer xenotrasplante conocido en los últimos meses, un "exitoso" experimento realizado en un varón de 57 años; es la primera vez que la cirugía se describe en una publicación científica.
"Los resultados positivos demuestran cómo los xenotrasplantes podrían resolver en un futuro la crisis de escasez de órganos en todo el mundo", según sus responsables que advierten, no obstante, que se requieren más investigaciones antes de utilizar esta técnica en la práctica clínica.
Al receptor de este ensayo -en muerte cerebral y mantenido artificialmente con latido y respiración- se le trasplantaron dos riñones de cerdo modificados genéticamente en el abdomen, después de que se extirparan los suyos.
Diez modificaciones
Los riñones se extrajeron de un cerdo donante alojado en un centro libre de patógenos y estos se almacenaron, transportaron y procesaron para su implantación.
Los órganos del animal -generados por la empresa Revivicor- albergaban diez modificaciones genéticas, cuatro genes porcinos inactivados y seis genes humanos añadidos.
Antes de la operación, el receptor y el animal donante se sometieron a una prueba de compatibilidad de tejidos. Los riñones de cerdo se colocaron en las ubicaciones anatómicas exactas utilizadas para los riñones de los donantes humanos, con las mismas uniones a la arteria renal, vena renal y el uréter que transporta la orina del riñón a la vejiga.
"Los riñones trasplantados filtraron sangre, produjeron orina y, lo que es más importante, no fueron rechazados inmediatamente", aseguran los investigadores, quienes explican que los órganos siguieron siendo viables hasta el final del experimento, 74 horas después del trasplante.
Logro "notable"
"Los resultados son un logro notable para la humanidad y hacen avanzar el xenotrasplante hacia el ámbito clínico", afirma en un comunicado el decano de la Facultad de Medicina Heersink, Selwyn Vickers, para quien también se ha demostrado que la muerte cerebral es un modelo humano preclínico viable para este tipo de experimentos.
"Este momento de cambio en la historia de la medicina representa un cambio de paradigma y un hito importante en los xenotrasplantes, posiblemente la mejor solución a la crisis de escasez de órganos", señala por su parte Jayme Locke, cirujana principal del estudio.
Locke detalla: "Hemos superado lagunas críticas de conocimiento y hemos obtenido los datos de seguridad y viabilidad necesarios para iniciar un ensayo clínico en seres humanos vivos con enfermedad de insuficiencia renal en fase terminal".
El estudio demuestra que "se han superado los principales obstáculos para los xenotrasplantes humanos" e indica dónde se necesitan nuevos conocimientos, pero, insisten sus autores, los resultados deben interpretarse "con cautela dentro de las numerosas limitaciones del modelo".
Por ejemplo, en el experimento uno de los riñones produjo orina aproximadamente 23 minutos después de la reperfusión (restablecimiento del flujo sanguíneo), mientras que el otro apenas lo hizo. Además, a pesar de la producción de orina, el nivel de creatinina en suero sanguíneo, un producto de desecho que normalmente eliminan los riñones sanos, no descendió.
El equipo aún no tiene claro por qué hubo una diferencia en la producción de orina entre los riñones o qué factores pueden haber influido en su incapacidad para eliminar la creatinina.
23 minutos después de restablecerse el flujo sanguíneo un riñón trasplantado produjo orina. El otro apenas lo hizo.