José Luis Troncoso (39) es docente y psicólogo en la Universidad del Alba Antofagasta. Desde pequeño su vida no ha sido fácil, con varios altibajos, sin embargo gracias a su resiliencia, esfuerzo, dedicación y trabajo, ha logrado cada uno de los objetivos propuestos.

A su vez Troncoso es un apasionado de la música, de hecho ocupa aquel espacio para reflexionar y liberar el estrés diario junto a su grupo de amigos.

¿Dónde nació y creció?

--Nací en Antofagasta, pero me crié en la Oficina Pedro Valdivia. Vivíamos con mi familia en aquel lugar, pero como en el hospital no estaba apto para traer hijos al mundo, así que se optó por la decisión de trasladarse a la capital regional, pero ya al otro día estábamos de vuelta. Mi formación la comencé en la Escuela D-68 y después en el Liceo Industrial de Antofagasta, sin embargo al término de segundo año medio dejé de estudiar, debido a que estábamos pasando por problemas económicos, por lo tanto me puse a trabajar. Ya a los 22 años, retomé los estudios, pero está esta vez en un establecimiento nocturno 2x1, para luego hacer un preuniversitario y entrar a la carrera de psicología.

¿Cuál es su lugar favorito de Antofagasta?

-Mi lugar favorito de Antofagasta es la costanera, ya que el mar entrega una sensación de relajación y alivio, además los atardeceres son muy bonitos. Otro lugar favorito es la caleta, donde se pueden probar exquisitos mariscos y platos de productos del mar, que es algo que disfruto mucho.

¿Dónde nace su vocación por la psicología?

-La verdad es que siempre me ha gustado leer, ya que mi abuelo me prestaba libros, principalmente de historia. Después con un amigo que le gustaba la filosofía, me empezó a prestar aquellos que seguían aquella línea, como Sigmund Freud, Platón, Aristóteles, entre otros. De hecho también me gustaba mucho la docencia. Estaba entre estudiar para profesor de historia o inglés.

¿Cómo fue adaptarse laboralmente a los cambios que generó la pandemia?

-La verdad que me tocó lidiar con aquel panorama, trabajando principalmente el tema de salud mental y la contención emocional. Al principio tuvimos bastantes problemas de estrés y mucha ansiedad, pero no solamente con el tema de contagiarse con el virus, sino que con el cambio que implicó la nueva tecnología, como el adaptarse a recibir y transmitir el conocimiento de una forma diferente. No obstante, con el tiempo toda la situación fue mejorando considerablemente.

Creo que los profesores sacaron mucho en limpio y tuvieron un proceso de mucho aprendizaje en el uso de tecnología. Ahora que se está volviendo a la normalidad, los profesores están más tranquilos en el sentido de que están más confiados de volver a las clases, al igual que los estudiantes.

¿Cuál fue su principal labor durante la pandemia?

-La verdad entregué, y continúo entregando, diversas técnicas de manejo a la ansiedad, como el tema de la respiración, relajación y gestión del tiempo, que tiene que ver con cómo ordeno mi horario. Estudiar en la casa es súper distinto, debido a que existen muchos distractores, como el tener la televisión encendida, cocinar, tomar té, entre otras situaciones.

¿Cuál es su pasatiempo favorito?

-La música es mi espacio. Me gusta bastante, ya que como psicólogo no estoy exento de los episodios de ansiedad y estrés. Por lo tanto me gusta juntarme a tocar con un grupo de amigos. De hecho me he perfeccionado en la guitarra y el bajo. Incluso en algún momento pertenecí a la banda local "Diógenes".

Si tuviera la posibilidad, ¿Qué mejoraría de Antofagasta?

-Mejoraría la salud mental. Es algo que se está al debe. Eso no lo digo solamente por los estudiantes, ya que ellos cuentan con programas psicosociales donde se pueden abordar otras realidades para la vida, sino que más bien por los docentes debido a que son ellos los que entregan el conocimiento, entregan cariño y tienen una relación más directa y potente con el alumnado. Además creó que se debería dar más énfasis en efectuar instancias que permitan apalear la contaminación ambientales.