Construcción de viviendas sociales
El próximo gobierno tiene un compromiso de campaña y no es imposible avanzar si es que existe voluntad para ello. El terreno urbano tiene que ser bien utilizado para la residencia de familias y no para el desarrollo de actividades industriales -ellas deben estar en la periferia- o para mantenerse eriazos por décadas.
Una de las necesidades urgentes en el país y, particularmente en la región, es mejorar el acceso a la vivienda propia. Es un tema que se arrastra por años y que pese a las promesas y compromisos la deuda sigue creciendo sin siquiera responder a la demanda inicial.
Son muchas las autoridades que reconocen haber avanzado en el tema de las soluciones habitacionales, pero al momento de analizar las cifras se desprende que el esfuerzo realizado está muy lejos de la real demanda. Los nuevos conjuntos habitacionales son infinitamente menores a la necesidad de tener un lugar digno para vivir.
De hecho, se sabe que en los campamentos de Antofagasta hay casi 8 mil familias viviendo en condiciones precarias y en Calama se desconoce la cifra oficial pero debe estar sobre las 5 mil familias, debido a que en los últimos años los campamentos en la zona poniente han crecido de forma exponencial.
En la capital de El Loa fueron los mismos pobladores que se organizaron para crear una empresa de autogestión que avanzó pese a los inconvenientes y hoy está cerca de concretar un proyecto en el sector de la extoma Frei Bonn y René Schneider. Allí se construirán 126 viviendas, que podrán ser pocas pero demuestran que si existe organización y trabajo se puede conseguir este tipo de logros que son difíciles de alcanzar.
No obstante, no deja de ser ínfimo para lo que se requiere y aquí es donde el emplazamiento llega a las nuevas autoridades de gobierno que asumirán en marzo. Una vez en ejercicio tendrán que responder a lo prometido y, para objetividad, tienen cómo hacerlo si encuentran a quien se comprometa con sacar adelante la tarea.
Las ciudades no pueden seguir creciendo en extensión. El terreno urbano tiene que ser bien utilizado para la residencia familiar y no para el desarrollo de actividades industriales -ellas deben estar en la periferia- o para mantenerse eriazos por décadas.
En las comunas de la región están los terrenos. Bienes Nacionales debe impulsar una política de transferencia para la construcción de conjuntos habitacionales y tampoco descartar la expropiación, destinar recursos para estos fines y promover que las constructoras cumplan.
Son varios ejes, pero si existe dedicación, voluntad y compromiso es factible de avanzar porque para sincerar la realidad, son esas condiciones las que no han tenido muchas de las anteriores autoridades.