Denuncias por falta de micros marcaron la calurosa jornada
SEGUNDA VUELTA. Gobierno negó responsabilidad en el hecho y ministra Hutt ofreció disculpas por los inconvenientes y admitió que no quedó conforme.
El sistema de transporte público no funcionó igual que el eleccionario, que a solo una hora de cerrar las mesas ya tenía el 30% de las mesas estaba escrutado y un ganador casi seguro.
Los reclamos por la falta de transporte, especialmente de buses y micros, comenzaron a inundar temprano las redes sociales y los despachos radiales. La Serena, San Bernardo, Maipú, Puente Alto, Talca y Chillán, solo por mencionar algunas comunas, estaban sumidas en la indignación, con aglomeraciones y filas en los paraderos, y congestión insufrible bajo unos 34 grados de calor a la sombra en algunos casos.
Entrada la tarde la ministra de Transportes, Gloria Hutt, en su cuarta intervención ante la crisis, dijo: "Lamento en el alma el tiempo de espera adicional que han tenido que sufrir muchos pasajeros".
Pero los líos comenzaron mucho más temprano y La Moneda tardó al menos tres horas en reconocer los problemas, cuando las mesas receptoras de sufragios estaban por cerrar y el disgusto de los transeúntes copaba todas las transmisiones televisivas.
Una vez masificados los primeros reclamos, fue la vocera del comando de Gabriel Boric, Izkia Siches, quien viralizó en redes sociales y a través de la prensa que "ante la operación del Gobierno de limitar transporte público en favor de su candidato, llamamos a organizar taxis, colectivos y autos compartidos para trasladar a votantes. Siempre con mascarillas y ventanas abajo".
En un punto de prensa, la ministra Hutt dijo antes de las 14.30 horas que los servicios de ferrocarriles urbanos habían mostrado "un aumento de pasajeros, sobre todo en la mañana, en comparación a la elección anterior".
A eso se sumaban, según la autoridad, aglomeraciones no previstas y más de 300 desvíos de tránsito solamente en la capital. Tras insistir en que había más de 3.00 buses en la calle, mucho más que en cualquier domingo, pero menos que en un día normal, con la diferencia que no se contemplaron horarios peak, Hutt dio paso al ministro vocero de Gobierno, Jaime Bellolio, quien fue tajante en decir que "desmentimos a aquellos que están tratando de instalar una falsedad del porte de una catedral al decir que no se ha hecho algo para que las personas puedan ir a votar. Tenemos un 75% más de buses que un domingo normal".
Sin embargo, a esa hora ya hasta el director del Servicio Electoral (Servel), Andrés Tagle, había manifestado su "preocupación por la frecuencia del transporte público" a la ministra de Transportes.
ACUSACIONES y disculpas
El alcalde de Recoleta, Daniel Jadue (PC), hablaba al mismo tiempo de un "boicot descarado" al proceso y Raúl Arias, conductor del Transantiago de la flota E de La Florida, acusaba en Radio Cooperativa que, al menos en su recorrido, "la operatividad no llega siquiera al 40%. La ministra nos está diciendo que la frecuencia es normal y una vez más nos encontramos con que mienten: no hay gente para trabajar, la dotación no está completa como día norma".
Ante las acusaciones, la ministra Gloria Hutt dijo que "acá no tenemos un teléfono para decir: saquen las micros".
En Radio Biobío dijo luego que la demora y falta de transporte público se debió "a la forma en que funcionó el sistema" y no a una "baja en la capacidad de buses operativos".