Un equipo científico subió ayer por primera vez al cono principal del volcán Cumbre Vieja, en la isla española de La Palma, para tomar datos sobre gases y ha filmado imágenes del interior del cráter.
Allí donde el lunes había explosiones, lava y ceniza, ahora solo se observan fumarolas.
El Instituto Volcanológico de Canarias (Involcan) publicó en Twitter un vídeo grabado por el equipo que ascendió hasta el borde de la caldera del cono principal, que se levanta 188 metros sobre el suelo donde se inició la erupción el 19 de septiembre.
Las imágenes muestran un cráter profundo, en cuyo interior se observan derrumbes y varias fumarolas, pero donde solo se oye ya el ruido que el viento provoca sobre el micrófono de la cámara.
La señal de tremor que delata el movimiento del magma en el subsuelo está parada desde las 21:00 GMT del lunes, el volcán ya no emite lava, cenizas ni otros piroclastos y el flujo de dióxido de azufre que emerge de él se ha desplomado.
El comité científico que sigue la emergencia corrobora que todos esos signos, junto con la reducción de la sismicidad y la ausencia de deformaciones del terreno, indican que la erupción se está agotando, pero se han dado diez días de plazo para declararla finalizada, si se mantienen así todos esos parámetros.
No es la primera vez que el volcán se detiene en todo este tiempo, pero hasta la fecha todos sus paréntesis habían sido de pocas horas, seguidas de reactivaciones estrombolianas (explosivas) y de importante salida de lava. Nunca hasta la fecha el tremor había estado parado una jornada completa o más, como sucede ahora.
último confinamiento
Durante la madrugada de ayer, las redes sísmicas registraron en La Palma 12 temblores, todos ellos con magnitudes inferiores a 3, añade el Instituto Geológico y Minero de España (IGME).
En las primeras horas del lunes, antes de que se parara el tremor, el volcán emitió enormes cantidades de dióxido de azufre, en unas condiciones meteorológicas (con la capa de inversión térmica muy baja en la atmósfera) que dificultaban mucho su dispersión.
Ese día, por primera vez en esta emergencia, los 33.000 vecinos de todo el valle de Aridane tuvieron que permanecer durante casi cinco horas confinados en sus casas y los escolares, que ya estaban en clases cuando saltó la alarma en sus colegios.
La orden de confinamiento se levantó al mejorar la calidad del aire, pero en el volcán se apreció entonces un nuevo pulso de actividad explosiva durante poco más de una hora, con eyección de ceniza y caída de bombas lávicas. A las 21.00 horas del lunes, todo se detuvo.
Hasta ahora, la lava emitida por este volcán ha cubierto 1.195 hectáreas de terreno, con ríos que han alcanzado una anchura máxima 3.350 metros, y más de 7.000 evacuados.