"El Loa es un referente nacional para la agricultura ante el cambio climático"
Durante dos días el subsecretario de Agricultura, José Ignacio Pinochet, recorrió la Provincia El Loa, y visitó proyectos de innovación agraria, participó de un importante programa y también proyectó la actividad del Agro en la zona. Abordó además la problemática de la mostaza negra y además recogió los problemas expuestos en su reunión con los agricultores locales.
Usted acaba de participar de un importante convenio entre Conaf, y Centro de Investigación de Diseño Aplicado y Fab Lab Atacama, ¿en qué consiste este programa?
-Este convenio trata de la instalación de unos sensores en especies arbóreas, los cuales están en línea a una plataforma, la cual está disponible en internet para que cualquier persona pueda ver la condición de esta, cuya particularidad es que puede medir medir temperatura del aire, del suelo, humedad, radiación, capturas de material particulado, entre otras variables ambientales, en parques urbanos.
Esta ya ha sido una experiencia exitosa y aplicada en el parque Explora de Lomas, y perfectamente podrían aplicarse en plazas, plazoletas y parques de Calama, que cuenten con una red que indique e informe a la comunidad el estado de sus áreas verdes y que es bastante interesante en una zona de bastante radiación ultra violeta y otras condicionantes geográficas. Además estos sensores son de muy bajo costo, son de bajo costo y además pueden medir una serie de parámetros que no sólo son contaminantes.
En su última visita usted destacó que gran parte del futuro de la agricultura local era la innovación, entre ellas la hidroponía, ¿cómo va el monitoreo de esas iniciativas?
-Muy bien. Tuvimos la oportunidad de reunirnos con la Asociación de Agricultores de Calama, y tuvimos la oportunidad de visitar el predio de don Franco Centella, quien tiene un invernadero que al mes produce dos mil lechugas hidropónicas en su invernadero. Ese es un verdadero ejemplo de que se puede. Obviamente, ya través de un convenio con Aguas Antofagasta y la Dirección General de Obras Hidráulicas se generaron las cooperaciones para el tratamiento de estas aguas a través de bombas de osmosis inversa para tratar el agua, puesto que muchos agricultores tienen derechos de agua, pero esta es muy dura para sus cultivos, y ahí tenemos otra oportunidad el de poder dotar de estas plantas para el cultivo incluso sin tierra, y con los resultados que se están dando también en Chiu Chiu por ejemplo. La experiencia ha comenzado a tener mucho éxito en la provincia.
La Provincia El Loa posee la paradoja de ser estar inserta en el desierto más árido del mundo, sin embargo conserva aún su milenaria agricultura. ¿Cómo analizan esta situación desde el ministerio, en medio de una crisis climática?
-Sin dudas que acá hay una situación especial, pero que también ha tenido algunos efectos producto del cambio climático. Días más calurosos y menos fríos, lluvias estivales intensas y que son ejemplo de este cambio. Sin embargo, El Loa es un laboratorio natural especial, porque muchas de las iniciativas acá aplicadas no quedan sólo acá. Se están estudiando en la aplicación en zonas afectadas por la desertificación por ejemplo. Yo soy del sur, y he visto cómo en algunas partes desaparecieron áreas verdes completas, en otras cómo la falta de agua afectado a cultivos y producciones. Entonces El Loa es un referente nacional en materia agrícola, puesto que acá se riega de diferentes formas, con diferentes resultados, pero en una constante que pese a la escasez hídrica histórica nos ha permitido recoger estas experiencias y por qué aplicarlas en un contexto de pocas lluvias y falta de agua donde antes abundaba. Es además lo que hace tan especial a la agricultura acá en esta zona.
En cuanto a la plaga de la mostaza negra, ¿qué pudo conversar y analizar sobre el tema con los agricultores?
-En el último año se han invertido del orden de los mil millones de pesos en el combate de esta plaga. Pero en este tiempo no sólo ha habido inversión para mantener a raya la mostaza negra y que tanto daño a causado a los agricultores locales, especialmente de Chiu Chiu y del sector poniente de Calama, sobre todo por esa capacidad que tiene de expandirse e infectar predios y plantas. Acá, durante este tiempo ha habido investigación, equipos que han estudiado esta plaga e ir sumando conocimiento en este tema.
Además, hemos entregado secadoras, pulverizadoras y hemos acompañado con asesoramiento técnico a los agricultores a través del Instituto de Investigaciones Agropecuarias, y manteniendo un monitoreo sobre el comportamiento de la plaga, incluso algunos agricultores nos mostraron cómo han podido recuperar algunos de sus predios y alejar la mostaza negra a través de plos programas ejecutados.
Vamos a seguir entregando hermicidas, efectuando planes de manejos y capacitaciones a los agricultores como parte de este combate a la mostaza negra, que ha sido un tema muy complejo de controlar y en poder erradicar de los campos locales.
Y dentro de estos programas, ¿qué valor le agregan al traspaso de conocimientos, de formación en una nueva agricultura a los agricultores?
-Bueno, esa es creo yo, una de las cosas más importantes para el trabajo en estas comunidades que efectúan agricultura en el desierto. El traspaso de nuevos conocimientos de nuevas formas de hacer agricultura, como por ejemplo a través de la hidroponía, es una alternativa muy viable y hasta ahora exitosa.
El traspaso de conocimientos habilidades, el educar a los agricultores en nuevas e innovadoras formas de hacer su trabajo milenario nos abre muchas posibilidades para mantener la actividad, sobre todo en terrenos tan especiales y que se deben trabajar mucho. El traspaso de conocimientos y técnicas permitirá que incluso los agricultores ya no deban efectuar extenuantes trabajos físicos en sus predios.
Por suerte tenemos las experiencias en invernaderos, los que obviamente demandan una inversión importante, pero creo que hacia allá va el futuro del agro en El Loa. Es hora de invertir por cierto, pero a futuro será la alternativa para proyectar esta actividad tan importante y como laboratorio natural en escenarios adversos como lo que está sucediendo en el país y el mundo entero.
Dentro de estas capacitaciones, innovaciones e inversiones, ¿qué rol juegan las nuevas generaciones, sobre todo en el mundo andino?
-Una muy importante y es por eso que la innovación es importante para nosotros. La tecnología aplicada a la agricultura es también una forma de incentivar a las nuevas generaciones a volver a sus localidades de origen, de aplicar sus conocimientos en nuevas formas de hacer y perpetuar la actividad. Es también importante, y un desafío el que estas entregas de conocimiento, más el aporte e interés de estas nuevas generaciones en querer aplicarlas. Sabemos que hay un potencial tremendo en la agricultura local, y los más jóvenes son parte de esa proyección.
"El traspaso de conocimientos y técnicas permitirá que incluso los agricultores ya no deban efectuar extenuantes trabajos físicos".
"El Loa es un laboratorio natural especial, porque muchas de las iniciativas acá aplicadas no quedan sólo acá. Se están estudiando en la aplicación en zonas afectadas por la desertificación por ejemplo".