Perro héroe evitó asalto en bomba de bencina, pero recibió balazo
DELINCUENCIA. La rápida acción del "rubio" impidió que trabajadores fueran heridos en estación de servicio en Antofagasta.
Desde hace un tiempo que el "rubio", también conocido como "cabezón", es garantía para evitar asaltos nocturnos. Así cuentan quienes lo conocen. Su acción más brillante la consiguió la noche del lunes. Este quiltro de 45 kilos, de una edad de al menos cinco años y mirada escrutadora, se transformó en todo un héroe perruno de Antofagasta. La prestancia de este lanudo can salvó la vida a dos bomberos quienes eran asaltados a punta de pistola por un delincuente en la estación de servicio Petrobras, ubicada en Pedro Aguirre Cerda, a la altura del 11385 (al lado de Coaniquem).
Lamentablemente el "rubio" recibió un disparo, pero su acción ahuyentó al bandido quien se retiró sin cometer la fechoría.
A mediodía de ayer, el "rubio" se encontraba en la Petrobras, descansado, bajo la sombra de un bombero. Todos hablaban con cariño del can. El perro estaba tranquilo, a pesar de que pasó una noche bastante agitada. Puede decirse que después de este incidente, el "rubio" tiene más vidas que un gato, por lo menos ese era el comentario en la estación de servicios.
Geraldine Muñoz, jefe de tienda de Petrobras, recordó que los hechos se produjeron alrededor de las 23 horas del lunes, en una noche que al menos parecía normal. Ella estaba en la oficina cuando escuchó el disparo y los gritos. Luego vino un momento de bastante confusión. Según el relato, el malhechor intentó asaltar al primer bombero. Hubo un forcejeo. El perro saltó contra el delincuente, y éste le disparó. No contento, el delincuente quiso asaltar al segundo bombero, y el perro nuevamente reaccionó. Finalmente, no se produjo el robo, ni hubo que lamentar personas heridas. Fue muy breve. No obstante, todas las miradas se congregaron en el "rubio".
El perro estaba con una herida de bala, pero nadie entendía la gravedad o el daño que ésta había provocado. Sangraba. Era notorio que le molestaba. La respiración tampoco era normal.
"El rubio siempre nos ha cuidado, especialmente durante la noche. A él no le gustan las personas encapuchadas. Pareciera que estuviera entrenado; pero no, él es así. Es un gran guardián y así lo demostró con esta acción", afirmó Muñoz.
Atención
Claudio Marino Flores tiene un emprendimiento de transporte de animales, de esta manera mantiene una relación bastante estrecha con los veterinarios. Pero más allá del transporte, Marino Flores sostiene un lazo de afecto con el "rubio", al que también llama con cariño "cabezón". "El perro lleva mucho tiempo en la bomba de bencina. Lo han tratado de adoptar, pero es muy grande. Yo lo protejo desde que lo conocí. Vez que llego, él parte corriendo a saludarme. Me conoce la camioneta. Yo le llevo comida. El me salta, juega conmigo, es muy cariñoso, pero es un perro de cuidado, un guardián. Es muy fuerte", dijo.
La noche del lunes, Flores recibió de esta manera la noticia: "Estaba en mi casa pues vivo a la vuelta. Una vecina comentó del asalto a la bencinera. Dijo que el perro estaba herido de bala y que no se encontraba bien. No la pensé dos veces. Me cambié de ropa y lo salí a buscar. Me costó tomarlo. El me conoce. Lo subí en la camioneta. Luego me contacté con veterinarios a quienes conozco por mi trabajo. Uno no dudó. Así llegamos donde el doctor Víctor Guerrero, de la veterinaria Gemavet".
Flores dijo que el veterinario revisó al perro y lo estabilizó para poder manejarlo porque es un perro grande. Luego el médico, a través de sus contactos, lo derivó a Vía 24 para hacer exámenes de ecografía, por si tenía daños internos. "La doctora Alejandra Abarca no dudó. Lo revisó bien y terminó de inyectarle otras cosas más. Luego estuvo en observación conmigo hasta las 4 de la madrugada. Recién ahí pudimos regresar. Lo dejé en la misma bomba agradeciendo que no tenía ningún riesgo vital, más que nada estaba dolorido por lo que le sucedió".
Flores dijo que claramente el perro se salvó por milímetros de que la bala alcanzara algún órgano vital. El proyectil entró y salió de su cuerpo. Por suerte el "rucio" o "cabezón" está "vivito y coleando".
"El rubio siempre nos ha cuidado, especialmente durante la noche. Es un gran guardián y así lo demostró con esta acción".
Geraldine Muñoz, Jefa de tienda de Petrobras