Temor había entre los migrantes venezolanos apostados en el Terminal de Buses de Antofagasta, ante la posibilidad que se repita en Antofagasta u otras ciudades del país, los hechos de violencia que se produjeron en Iquique, y que tuvieron repercusión internacional. Más aún, cuando en redes sociales circula el anuncio anónimo de una marcha anti migración a llevarse a cabo en la ciudad. "Claramente estamos preocupados. Nosotros estamos de paso por estas ciudades. Mi destino es Santiago. El problema es cuando algunos se quedan varados, sin dinero, y arman campamentos en cualquier parte. No obstante eso no es razón para quemar nuestras cosas, o que nos maltraten. Somos seres humanos y tenemos el infortunio de pasar por esto", afirmó Emperatriz Sánchez, quien cumplía ayer diez días de viaje, desde la partida en la Isla Margarita, en el caribe de Venezuela.

Sánchez y su familia, compuesta de dos niños, y una sobrina, pudieron encontrar pasajes. Partían a Santiago, durante la noche, tras un día y medio en la ciudad. "Lo bueno de estar aquí es que las pruebas de PCR las entregan después de tres horas, a diferencia de Iquique, donde demoran hasta seis días, con el consiguiente estancamiento de las personas. En Antofagasta todo es más ágil y al parecer está dando resultado", sostuvo.

Alejandro Alessio, oriundo de Maracaibo, quien acampa afuera del terminal, junto a un grupo de alrededor de treinta personas, reconoce que ellos se quedaron sin dinero en Antofagasta, y que antes estuvieron en la playa, donde fueron desalojados. Dice que acamparon a la espera de recibir ayuda para comprar pasajes y continuar su viaje. Alessio, ante la mirada de otros migrantes que se reunieron en torno a éste diálogo, confesó que sienten temor que personas vengan y les quemen las pertenencias.

"No está bien que nos den un trato tan brutal como en Iquique, a sabiendas de lo que hemos pasado. De igual modo si llegara pasar, defenderemos a los niños, y lo poco y nada que tenemos", declaró.

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Ante la convocatoria de manifestación en contra de los migrantes que circula en las redes sociales, el Gobernador Regional, Ricardo Díaz, sostuvo que en su momento él organizó marchas para expresarse en favor de la vida y del respeto por la ciudad.

"Hay que levantar mensajes que sean positivos, y no mensajes de odio como en este caso. No hay que dejarse engañar por personas a quienes sólo les interesa promover el odio", espetó.

Díaz afirmó que quien levante una marcha, debe poner su nombre, con el intención de hacerse responsable de la misma. "Aquí no tenemos responsables, ni se identificó a nadie que esté organizando esto. Carabineros tiene que saber que si ocurren hechos lamentables, debe pagar los costos quién convocó a este posible marcha del odio", expresó.

Por su parte, el Delegado Presidencial, Daniel Agusto, aseguró que en la capital regional, no se avizora una situación como la que se vivió en Iquique.

"Estamos buscando cómo descomprimir y aliviar el tránsito. Lo que sucedió en Iquique es porque las personas se quedaban en un lugar, estaban pernoctando en condiciones muy complejas", expresó.

Disminución

A mediodía de ayer era evidente una disminución de migrantes en los estacionamientos del Terminal de Buses de Antofagasta. La razón, según diversos testimonios, es que fueron trasladados en buses al Polideportivo Centenario, para la toma de test PCR.

Al respecto, el Delegado Presidencial, Daniel Agusto, aclaró que están llevando un plan que comenzó hace algunas semanas.

"Partimos descomprimiendo la situación en el Terminal de Buses, junto con habilitar el Polideportivo Centenario. Logramos mantener a la PDI en un proceso de control migratorio, lo mismo la seremi de Salud que ha estado en el terminal. Esto ha permitido un control importante. Hemos hecho contacto con empresas de transporte para que los trasladen desde el Polideportivo, a sus lugares de destino", precisó.

Dijo que en caso de aumentar la cantidad de migrantes, buscarán alternativas.

"Ellos no pretenden quedarse en Antofagasta, por consiguiente, no hemos sido proclives a la idea de un albergue. Estamos buscando una circulación de ellos para que lleguen a su destino en el sur ", afirmó.

Violencia

En tanto las reacciones a la violencia observada en la manifestación de Iquique continúan. El sociólogo de la Universidad Arturo Prat (UNAP), Bernardo Guerrero, explicó que hasta el sábado uno de los orgullos más preciados de los iquiqueños, aquel sustentando en la idea, al igual que todo el Norte Grande, de una región multicultural construida con el aporte de las migraciones, quedó en amplio cuestionamiento.

Guerrero sostuvo que lo anterior, no obstante, hay que cotejarlo con la historia y rastrear en ella fenómenos de nacionalismo duros, como Las Ligas Patrióticas, grupos apoyado por el estado chileno que a comienzos de siglo XX desataron el terror contra los peruanos, obligándolos a abandonar su tierra natal. Otra, el racismo que sufrieron los chinos, acusados de "raza amarilla, proclives al juego y a fumar opio", según la prensa cuando en el siglo recién pasado comenzaba a despuntar.

"Ni que decir de aymaras, quechuas, tratados peyorativamente como bolivianos", agregó.

Afirmó que la marcha del sábado, y la posterior quema de carpas, sumado a la expulsión de los venezolanos de la plaza Brasil, con una puesta en escena en que banderas de diversas significaciones flameaban en el aire, himnos chilenos y de Iquique, camisetas de la selección y de Deportes Iquique, en una mañoso ejercicio, dieron la impresión que Iquique en su totalidad consensuaba con las acciones xenofóbicas.

"Quemas a las carpas de los migrantes, nos sitúa en la línea histórica de los pogromos, de la noches de los cristales rotos que da inicio al holocausto judío. Espero equivocarme", opinó Guerrero.

Sostuvo, en tanto, que ha sido una crisis que el gobierno de Piñera no ha sabido manejar. "Y esta por tener ribetes regionales, pareciera no importarle. Es de perogrullo advertir que el Norte Grande, sólo importa en tanto fuentes de riquezas y nada más. Otros los han dicho ya, somos colonia interna de un país híper centralizado. De allí, la necesidad de una descentralización que le de poder real a los gobernadores y a los alcaldes y que juntos a la sociedad civil, pueden elaborar una política regional de migración, que incluya consideraciones de tipo humanitaria y una educación desde la pre escolaridad en torno a la migración", manifestó.