Alexis Contreras Reyes es dirigente social y presidente de Agrupación Olla Comunes de Antofagasta. Nació en la oficina salitrera de Pedro de Valdivia y se considera antofagastino de corazón.

Este padre de dos hijos, Christopher de 10 años y Sol de 11 años, egresó de la enseñanza media del Esane del Norte para luego especializarse como supervisor de seguridad privada.

Actualmente maneja un negocio familiar, el Minimarket Saúl ubicado en la Av. Padre Alberto Hurtado.

¿Qué proyectos estás actualmente?

-Actualmente soy presidente de la Agrupación de Ollas Comunes Antofagasta, soy miembro del COSOC de Antofagasta y trabajo atendiendo un almacén familiar, pero mi proyecto más importante es que aspiro a ser candidato a consejeroregional, para representar a todos mis vecinos y vecinas en el Core y llevar allí sus inquietudes y demandas.

¿Quién han sido tu inspiración en la vida, a quien admiras?

-Mis padres y mis hijos son una gran inspiración para mí y la razón por la que sigo adelante. Mi fe en Dios también me acompaña.

También me parecen rescatables los inicios del exalcalde Adaro, con su origen obrero y desde las poblaciones.

¿Cuál es la principal enseñanza que te dejaron tus padres?

-El amor por la familia y los hijos, el respeto al prójimo y nunca mirar en menos a ninguna persona.

¿Qué lecciones crees que debemos aprender de lo vivido este último año?

-Creo que la mayor lección que saco es la solidaridad de los vecinos y vecinas, levantando ollas comunes, colaborando con las personas que se enfermaron. Creo que aprendimos que la unión hará que sea posible cambiar las cosas y construir un país y una región más justa y más digna.

Estos dos últimos años han sido bastante complejos. La crisis sanitaria se ha llevado a muchos y muchas y una gran cantidad de familias no pudieron despedirse de forma normal por las restricciones sanitarias. Las carencias del país quedaron al descubierto, la precariedad de las familias que viven el día a día, el hacinamiento, la falta acceso a la salud y la falta de condiciones para que los estudiantes puedan acceder a una educación de calidad desde sus hogares.

¿Dónde creciste y que recuerdos guardas de tu infancia?

-Nací en la pampa, en la hermosa y recordada oficina salitrera de Pedro de Valdivia, allí tengo mis mejores recuerdos de niñez, como las escapadas a las piscinas frente a la pulpería, donde los niños matábamos el calor a chapuzones; o el tiro al blanco, lugar de asados y paseos familiares; también el cerro La Viuda, donde jugábamos a ver el cielo y encontrar algún OVNI con amigos.

En Antofagasta, mis recuerdos más sentidos están en la población Lautaro y su club deportivo. Y finalmente, en mi querida Población René Schneider dónde vivo hasta ahora y soy dirigente de la junta de vecinos y participo también del club deportivo Ferrobádmiton.

¿Cuáles es el espacio de la región que más te gusta?

-Amo el desierto, me gusta caminar y disfrutar de su belleza natural. Pero sobre todo me gusta estar en mi población, vivir la vida de barrio, conversar con mis vecinos y vecinas y escuchar sus historias.

¿Cómo te definirías a ti mismo como persona, cuáles son tus fortalezas y flaquezas?

-Creo que soy una persona común y corriente, un vecino de Antofagasta, con los pies en el suelo y muy consciente de las necesidades de mis vecinos y vecinas y de la región. Pero también tengo la convicción y soy un esperanzado en que las cosas pueden y van a mejorar, y que es posible vivir mejor y más dignamente,

Mis fortalezas diría que son ser dialogante y honesto. Sé escuchar antes de hablar y no tengo problemas en conversar con quien sea de todos los temas posibles, especialmente los que son conflictivos, no le hago el quite a nada porque solo conversando las cosas se avanza.

Mi mayor debilidad es la ansiedad y rabia que me produce la desigualdad e injusticia que veo día a día, quisiera que todo ocurriera más rápido, que todo mejorara pronto. Pero estoy aprendiendo a cultivar la paciencia.