La campaña presidencial
Ayer empezó oficialmente la propaganda en medios de comunicación, instancia para conocer los programas de gobierno. Respetar al oponente político y propender al trabajo colaborativo no sería mal mirado por un país que no quiere repetir los errores del pasado y que necesita crecer con igualdad.
Pese a que hace algunos días los candidatos presidenciales estaban desplegados por el país, oficialmente ayer empezó el período de propaganda en medios de comunicación. Y los espacios fueron tomados para mostrar a los postulantes a La Moneda y para refrescar algunas de sus principales ideas, aquellas que conforman los pilares de sus programas de gobierno.
Y, precisamente, eso es lo que se espera de este período en que cada uno de los siete aspirantes a la Presidencia puedan enseñar sus mejores propuestas y cómo las pondrán en marcha para que el país mejore en los diversos ámbitos. Muchas son mejoras a lo que hoy conocemos y también otras revolucionarias, pero que tienen el foco en solucionar las dificultades que enfrenta nuestra sociedad.
Si bien en la previa hemos conocidos dimes y diretes respecto a situaciones como el vivir de la política, estudios superiores y representatividad, hoy es tiempo de abordar otros temas más de fondo y que son de un interés general.
Caso distinto es lo del candidato Parisi, quien deberá aclarar cuanto antes la deuda por pensión de alimentos, porque son situaciones que no se condicen con alguien que aspira al máximo cargo público del país. Son temas valóricos y de respeto a la mujer, a la niñez y a la familia que merecen una explicación y aclaración convincente.
Nuestra sociedad ha avanzado en muchos aspectos y uno de ellos es que miran con recelo a quienes se sienten por sobre la ley o que no son íntegros.
Algo que hace un par de décadas se negaba o desacreditaba y era suficiente. Hoy no, en la era de las redes sociales, todo es distinto y los estándares de probidad y transparencia son muchos más rigurosos.
Aclarado eso, se espera que los candidatos en carrera realicen una campaña menos agresiva y con más debate de ideas. Como lo dijo el Presidente Piñera, que sea "una campaña con espíritu de colaboración y de buena voluntad. Y que sea una campaña que nos ayude a resaltar lo que nos une y no solo los que nos divide".
Se ha perdido tiempo en profundizar las divisiones, incluso en ocasiones dentro de un mismo pacto, lo que genera odiosidad y polariza los sectores. Respetar al oponente político y propender al trabajo colaborativo no sería mal mirado por un país que no quiere repetir los errores del pasado y que necesita crecer con igualdad.