"Sueño con una ciudad sin campamentos y que entregue salud y educación de calidad"
ANTOFAGASTINIDAD. Nibaldo Acuña Camus, profesor, rotario e Hijo Ilustre de Antofagasta.
El maestro Nibaldo Acuña Camus nació en Antofagasta el 22 de enero del año 1950. Se tituló de profesor de Educación Básica con especialización en Ciencias Sociales e históricas en la Universidad del Norte. Ya con su cartón en mano -el año 1974- buscó desarrollar su vocación de educador. Así emigró hasta la Región de Valparaíso para trabajar en una escuela de campo en el Fundo Pitama de Casablanca. Luego, volvió a la región para trabajar en la escuela rural de Michilla de la comuna de Mejillones. Posteriormente, se trasladó a la escuela Julia Herrera Varas de Mejillones, en donde llegó a ocupar el cargo de director.
Hoy ya con siete décadas no piensa en jubilar. Se siente con ganas y energía de seguir aportando a la educación. Actualmente, se desempeña como inspector general de la escuela D-75 Darío Salas de Antofagasta.
¿Cómo fue la experiencia de educar a adultos en Mejillones?
-Fue una linda labor. Por el día estaba en la escuela y por la noche en la casa de una vecina me dedicaba a enseñar a leer y escribir a un grupo de adultos. En las clases había dueñas de casa, comerciantes y pescadores.
¿En qué barrio de Antofagasta creció?
-Nosotros nos criamos en la población La Favorecedora, cuando todo era arena y tierra. Fuimos actores de la llegada del alcantarillado, la luz y la pavimentación de las calles. En la población mis padres tenían un pequeño negocio que atendíamos junto a mis hermanos.
¿Cuáles fueron los principales valores que les entregaron sus padres?
-De mi madre aprendí que había que comprometerse y cumplir. Con ella comprendí que había que actuar con honestidad y respeto frente a todas las personas. De mi padre aprendí el amor por la literatura y la política.
¿Cómo se definiría como persona?
-Creo que me distingue la cercanía que tengo con la gente. Soy además una persona honesta y alegre que disfruta mucho del compañerismo. Soy orgulloso de la familia que formé con mi esposa Pabla -con quien cumpliremos pronto 50 años de matrimonio- e hijas Pabla y Pamela. Soy además muy querendón de mis cuatro nietos.
¿Cómo empezó en el servicio público y la actividad política?
-A inicios de la década del 90 me desempeñé como relacionador público de la Corporación Municipal y encargado del Teatro Municipal. En el segundo gobierno, luego de la vuelta de la democracia fue nombrado como director regional del Fosis, institución en la cual estuve por ocho años. En política fui fundador del Partido por la Democracia (PPD) en Antofagasta, Mejillones y Tocopilla.
Usted recibió la distinción de Hijo Ilustre de Antofagasta.
-Fue el año 2007 cuando el entonces acalde de Antofagasta, Daniel Adaro, me llamó para contarle que me postularía ante el Concejo Municipal al premio de Hijo Ilustre de Antofagasta. El principal argumento era resaltar mi trayectoria política. Agradecí la propuesta, pero le dije al edil que sentía que mi carrera como maestro era el mérito que podría hacerme merecedor de tan importante distinción. Creo que por eso finalmente me premiaron.
En Antofagasta usted tiene además una trayectoria además como rotario.
-Soy integrante del Rotary Club Antofagasta desde hace ya 26 años. Fui su presidente en el periodo 2005-2006. Fue el amigo rotario, doctor Domingo Solar Cartagena quien me invitó a participar. Yo conocía del Rotary por la celebración de la Semana del Niño.Recordaba que un día me llevaron a la pérgola para premiarme por ser el mejor compañero de la Escuela N°1 España. Recuerdo que en esa ceremonia me regalaron un diccionario. Ser rotario es un gran orgullo. Servir a los demás sin esperar nada a cambio me llena el alma.
¿Cree que se podrá sacar algo positivo de todo lo provocado por el covid-19?
-Se trata de una pandemia que afecta al mundo entero. Creo que afloró el espíritu solidario a veces sumergido. Nacieron grandes ollas comunes y hubo mucha preocupación para que los menores de escasos recursos dispusieran de la tecnología para seguir educándose. Creo que además la población tomó conciencia de la importancia de cuidar nuestra salud. La gente entendió lo vital de vacunarse y respetar las medidas sanitarias.
¿Cuál es su sueño para la ciudad de Antofagasta?
-Sueño con una Antofagasta sin campamentos, una ciudad que entregue salud y educación de calidad para sus niños y niñas. Me gustaría que los trabajadores sean respetados por sus empleadores. Sueño además con una ciudad limpia.