Las lecciones que dejan estas primarias
El aumento de participación en los comicios del domingo pasado nos demuestra que no hay nada rígido. Las presidenciales serán una de las más convocantes de las últimas décadas. Más de 3 millones de votos no es una cifra menor para una primaria y en un contexto donde la ciudadanía está divorciada con la política. Podríamos decir que el electorado está dando una oportunidad más o bien quiere ser parte activa de futuros procesos.
Más de tres millones de votantes tuvo la primaria del domingo pasado, lo que representa una mucho mayor participación respecto a las primarias de 2013 y 2017, en un fenómeno considerado como sorpresivo, calificación que no parece del toda acertada y que demuestra que las elecciones -tal como muchas otras situaciones- no son rígidas. En este espacio, se mencionó que el desarraigo con la política podría ser revertido el fin de semana dado que era una elección donde se "podría jugar mucho", como se dice en el fútbol y la llegada de personas especialmente en la tarde demostró aquello. Incluso fue más gente en un contexto en que las largas filas hicieron esperar incluso horas en ciertos puntos del país y que un grupo de esos votantes se fue por la lentitud por las mesas fusionadas.
Analistas preveían un desastre, lo que finalmente no ocurrió y se cumple la premisa del que quiere ir a votar es porque realmente está interesado y que la final de la Copa de Confederaciones que se topó con las primarias 2017 o del fin de semana largo de las primarias 2021, son excusas que distorsionan la realidad porque esta es más simple de la que se piensa.
No podemos pretender que el salto en participación llegue en plenitud con ideas que pueden parecer buenas como el acercar los locales de votación a los domicilios, sino que el convencimiento de la propia ciudadanía sobre los procesos electorales que se viven en el presente y en el futuro, pero también de lo que vio en el pasado.
Mirando en perspectiva, podemos decir que el voto obligatorio podría estar "demás" en al menos las presidenciales de fin de año. Y es que tomando en cuenta el parámetro de las primarias, las elecciones de primera y segunda vuelta movilizarán mucho más personas que otras presidenciales y es probable que el grueso de personas de sectores que van desde la izquierda más dura a la derecha más dura, quieran ir a las urnas para ser parte de un proceso donde se "seguirán jugando" muchas cosas.
Chile está viviendo cambios profundos a partir de lo que pasó el 18 de octubre de 2019. Eso se vio reflejado este domingo y se verá reflejado durante los próximos procesos.