Preocupante nivel de pobreza regional
La Encuesta Casen arrojó un aumento de 4,2 puntos porcentuales, lo que significa que más de 64 mil antofagastinos tienen ingresos bajo esa línea. El desafío es estimular y reactivar la economía pospandemia. Ayer el Gobierno anunció cambios en Plan Paso a Paso que buscan reactivar el país en todos sus ámbitos, sin olvidar los cuidados propios de una enfermedad que se resiste a iniciar su retirada
No hay duda que la pandemia ha golpeado con fuerza a nuestra sociedad y como suele ocurrir son los más vulnerables quienes sufren con mayor impacto los vaivenes negativos de la economía nacional.
Estas apreciaciones, a simple vista certeras, se ven respaldadas con las cifras de la Encuesta Casen, que fueron publicadas hace pocos días. Allí se informa que a nivel país la pobreza aumentó un 10,8% en su última medición, la que incluyó varios meses de pandemia.
En la región las cifras no son muy disímiles. De hecho, la pobreza creció en 4,2 puntos porcentuales respecto a la medición anterior y se empina en un preocupante 9,3% de la población.
Si se traduce esa cifra se puede determinar que son más de 64 mil personas que tienen ingresos por debajo de la línea de pobreza. Una cantidad escalofriante para una región con un motor laboral siempre pujante
Y esta realidad es de fácil observación. El rubro de bienes y servicios es uno de los que vemos hacer grandes esfuerzos para sobrevivir. Pero no son los únicos, salvo la minería, el resto presenta claros signos de depresión.
Otra muestra es el aumento de las ollas comunes y familias que requieren de ayuda para poder suplir sus necesidades básicas y sus cinturones no pueden ajustarse más.
Ayer el Gobierno anunció cambios en Plan Paso a Paso que buscan reactivar el país en todos sus ámbitos, sin olvidar los cuidados propios de una enfermedad que se resiste a iniciar su retirada.
Los optimistas ven que el fin de la pandemia no está muy lejos, y plantean que el país y nuestra sociedad tiene que prepararse para generar los empleos que sirvan para absorber esa mano de obra desocupada. Empleos dignos que cumplan con el objetivo de entregar una remuneración decente a esas familias.
Aquí nuevamente el Gobierno es el llamado a desarrollar y promover políticas consistentes de reactivación económicas Y esa tarea necesitará un compromiso global.
Si se quiere dar un verdadero impulso tendrán que destinar los recursos suficientes para asegurar que se podrá tomar el camino de regreso a las cifras de empleo y crecimiento que acostumbraba el país antes de la llegada del covid-19.