"Zenimation": la meditación pagada por Disney
Llegó a Disney+ la segunda temporada de una de las series más singulares de la factoría de maravillas: un viaje sensorial cargado de nostalgia, un tributo a los grandes animadores.
Walt Disney conoció a Salvador Dalí a través de Alfred Hitchcock cuando finalizó la Segunda Guerra Mundial. La factoría de Mickey Mouse ya contaba con un par de éxitos como "Pinocho", "Bambi" o "Fantasía", cinta experimental que se articula en torno a la música clásica y se exhibió comercialmente con sonido estereofónico. El pintor, por su parte, había escapado a Estados Unidos y exploraba nuevas áreas como la novela, la ilustración de libros y el diseño para películas. El encuentro fue fulminante. Fuerzas creativas en ebullición, ambos se involucraron en un proyecto que no pudieron terminar: "Destino", cortometraje que fue concluido por la compañía en el año 2002. El resultado es fascinante: una suerte de cuadro en movimiento de Dalí, animado por el talentoso Walt. Otra muestra de las inquietudes de un artista que terminaría fundando la que actualmente es la compañía más grande, competitiva y ambiciosa dentro del mundo del entretenimiento del siglo XXI.
Ese legado experimental y subterráneo de Disney es el que, de alguna manera, justifica una producción como "Zenimation", serie que acaba de estrenar su segunda temporada en Disney+. Aunque sería más acertado hablar de experiencia sensorial construida con retazos de viejas películas y sonorizada con los recursos inmersivos de nuestros tiempos. Un collage de imágenes que se ordenan libremente por temas y elementos con énfasis en la contemplación. El título ya lo indica: animación Zen con el material de un baúl interminable de producciones que se remontan hasta los orígenes de la empresa. Demás está decir que, al margen de su cometido relajante "new age", la serie es un homenaje a los animadores que han pasado por Disney.
Antes de saltar a la segunda temporada revisemos los episodios de la primera: "Agua" refresca los sentidos con un collage abstracto que incluye a personajes sumergidos como Moana o Ariel ("La sirenita"); "Paisajes urbanos" reserva su espacio para paisajes reales e imaginarios que han sido dibujados para diversas producciones; "Descubrimientos" rescata los momentos exactos en que algunos seres ilustrados se ven enfrentados a epifanías inesperadas; "Vuelo" se eleva a los cielos junto a Aladino y otros aventureros de las alturas y "Naturaleza" revela belleza en trazos y colores de algunas películas, por nombrar solo algunos de los 10 capítulos.
La segunda temporada trae nuevos conceptos: "Lluvia", "Las comodidades de todos los días", "Maravillas naturales", "Transformación" (vemos el momento exacto en que Pinocho pasa de ser un juguete de madera a un niño de carne y hueso); "Canales"; "Bondad"; "Paisajes nevados" y "Lugares".
Cada temporada permite consumir los capítulos como cortos o, si se quiere, como una secuencia continuada de poco menos de 50 minutos. La intención no es narrativa sino que busca estimular los sentidos con colores, imágenes y un diseño sonoro que está a la altura de las circunstancias. "Zenimation" es un bicho raro que se disfruta en estos tiempos. Una serie que se puede consumir semi dormido. Una meditación animada que al comienzo de cada episodio invita a "refrescar los sentidos con un momento de mindfulness". Suena a terapia pero es divertimento que abraza lo abstracto. Un tributo al fantasma de Walt, ese hombre que quiso innovar en su creación de un mundo artificial en el que la magia funcionaba como un tótem sagrado. Pura alquimia fantástica al servicio del entretenimiento.
Cada secuencia de "Zenimation" incluye momentos estelares de la casa de Disney.
En resumen
Disney+ acaba de estrenar este mes la segunda temporada de la singular serie collage
Por Andrés Nazarala R.
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