"En cada lugar de la región hay historia y encontrarnos con ella ha sido un regalo"
ANTOFAGASTINIDAD. Alejandra Arévalo Allende, vicerrectora Universidad Pedro de Valdivia, sede Antofagasta.
Alejandra Arévalo, educadora de párvulos y psicopedagoga de profesión, se trasladó hace cinco años hasta Antofagasta para asumir labores en la sede la Universidad pedo de Valdivia. Paulatinamente el ambiente, el clima y lo acogedora que le resultó la ciudad terminaron por enamorarla.
Actualmente Alejandra lidera la Universidad Pedro de Valdivia, sede Antofagasta, trabajando arduamente para la comunidad y entendiendo las necesidades de la misma.
Dónde creció y cuáles son los mejores recuerdos de infancia?
-Soy viñamarina, pero por el trabajo de mi padre viví desde los 8 años en Concepción. Estoy hace cinco años en Antofagasta. Mi infancia transcurrió entre Concepción y Viña del Mar. Mis mejores recuerdos son en la casa de mis abuelos paternos en Quilpué, ciudad cercana a Viña del Mar. Disfrutábamos de las actividades familiares, los árboles frutales y los juegos con mis hermanos en veranos y vacaciones de invierno. Hoy mis abuelos, de 101 y 99 años, viven en un departamento en Viña del Mar y los visito cada vez que puedo.
¿Qué es lo que más le atrae de la ciudad?
-En un inicio el paisaje. Esa mezcla de desierto y mar es única. Luego la historia de cómo se forjó esta ciudad. Los acontecimientos que aquí ocurrieron y ocurren. En cada lugar de la región hay historia y encontrarnos con ella ha sido un regalo. Luego están las personas que habitan esta ciudad. Los antofagastinos y afuerinos que llegamos le otorgan una identidad multicultural que solo había observado al visitar en otros países.
Ha recorrido la ciudad y la región. ¿Cuál es su lugar favorito?
-Cerca de la playa, siempre ha sido mi lugar favorito. Esta región tiene playas increíbles que hemos ido descubriendo y que es necesario cuidar proteger y ser responsables en su uso, para que las nuevas y futuras generaciones las disfruten como nosotros. También cada vez que puedo visito San Pedro de Atacama y sus alrededores.
¿Qué ha aprendizaje les ha dejado la pandemia y qué aspectos de su vida se han transformado?
-Viví el terremoto y el tsunami del año 2010, estuve sin luz y sin agua por varias semanas, sin embargo, vivir este acontecimiento global nos ha puesto a prueba a todos. Claramente existirá un antes y un después luego de la pandemia. Deberemos adaptarnos a trabajar, a estudiar y convivir de manera diferente. Mi mayor aprendizaje ha sido comprender el real significado del día a día, a aprender a no planificar a largo plazo, ni proyectarme en el futuro. Y esto sin duda ha requerido una mezcla de humildad, prudencia y paciencia.
¿Cuáles son sus metas a corto, mediano y largo plazo?
-La UPV consiguió en tiempo récord migrar hacia aulas virtuales durante el año 2020, logrando mantener el proceso formativo de los estudiantes. Todo esto fue posible con el compromiso de nuestros docentes y también, por supuesto, de los mismos estudiantes. Tenemos instaladas salas híbridas para cuando la autoridad sanitaria nos permita volver de manera presencial.
Por su cargo está involucrada directamente con la educación,. ¿Qué aspectos creen que se deban mejorar?
-Creo necesario mejorar dos aspectos importantes en materia de educación. Uno de ellos es centrarse en el desarrollo integral del ser humano, no solamente en el aprender a leer, escribir y operar matemáticamente. Avanzar hacia una formación ciudadana, no sexista y multicultural, son aspectos a mejorar en educación. Lo otro es que la educación debe ser para toda la vida, preocuparse de cada uno de los rangos etarios y al mismo tiempo estar constantemente desarrollando instancias de formación.
-Antofagasta, tierra de las oportunidades, ¿Lo cree?
-He podido observar una migración de los profesionales formados en la región y la verdad que hay que preguntase por qué ocurre aquello. A eso se suma el hecho de pensar que esta es una ciudad de paso, pero que no existe el concepto de vivir o radicarse en un porcentaje alto. Las universidades estamos llamadas a generar instancias de diálogo y debate, que involucren el cuidado del medioambiente y las personas. Solamente así vamos a crear una ciudad y región de oportunidades y progreso.