"La educación emocional será un pilar clave en los colegios tras la pandemia"
ANTOFAGASTINIDAD. Daniela Rojas Roco, sostenedora educacional del Colegio Misionero "José Lancaster".
Deportista, estudiosa y fanática de películas como Corazón Valiente o Jesús de Nazaret (no se la pierde cada año en Semana Santa) son algunas pinceladas de la vida de la educadora diferencial, Daniela Rojas Roco, quien llegó hace 7 años a Antofagasta desde Quilpué, para quedarse y formar aquí su familia.
La pandemia no sólo la sorprendió con la llegada de su tercer hijo, sino también con una serie de desafíos en el ámbito profesional como miembro de la Fundación sostenedora del Colegio Misionero "José Lancaster", un establecimiento de alta vulnerabilidad social anclado en los cerros en Antofagasta.
Desde ahí, piensa en una educación moderna donde la innovación sea la punta de lanza para formar estudiantes más integrales y creativos. Y es que su mundo la apasiona y por eso luego de terminar un Magister en Innovación y Creatividad Educativa, se inscribió de inmediato en uno nuevo, esta vez, en Educación Emocional.
¿Cómo nació tu pasión por enseñar?
-Mis primeros recuerdos de niñez son jugando a ser profesora, mientras rayaba las paredes de mi casa haciéndole clases a mis primos. Mi mamá siempre quiso ser profesora, pero por un tema económico no pudo estudiar. De ella heredé la vocación de enseñar.
Trabajas en un colegio vulnerable de la ciudad, ¿qué rol juega la innovación y el emprendimiento para cambiar el actual modelo educativo?
-Estos elementos son fundamentales en la educación del siglo XXI. Las nuevas generaciones están llamadas a ser creativas e innovadoras, con una alta capacidad de adaptación, ya que el mundo actual cambia de forma muy vertiginosa. Por otra parte, tener una mentalidad emprendedora, como forma de vida, resulta clave para lograr la fortaleza emocional que los jóvenes de hoy necesitan, enseñándoles a ser resilientes ante los fracasos que nos pueda presentar la vida.
-¿Cuáles deben ser los pilares de la educación postpandemia?
-Sin duda, la educación emocional será el pilar fundamental de este nuevo ciclo. Es esencial que los estudiantes se hagan conscientes y eduquen sus emociones y que los colegios abordemos nuestra tarea desde las habilidades por sobre los contenidos. Los ciudadanos que destaquen en la era postpandemia, serán aquellos que sepan controlar y enfocar debidamente sus emociones y apliquen sus conocimientos desde una perspectiva ecosistémica.
-¿Qué es lo primero que se te viene a la mente cuando escuchas Antofagasta?
-Nací en la V Región, por tanto Antofagasta me sonaba como un lugar lejano, que lo asociaba con el mar, el desierto, la minería y monumento La Portada. Hoy, que llevo años viviendo acá y he formado mi familia en esta ciudad, la palabra Antofagasta es sinónimo de hogar.
¿Cuál es el lugar que más te gusta en la región y por qué?
-Me gusta la costanera de nuestra comuna. Poder recorrer la ciudad de norte a sur, disfrutando del contraste del mar y el desierto es una bendición que tenemos los antofagastinos y que a veces no valoramos. Poder recorrer a pie o en bicicleta la costanera o simplemente disfrutar de la puesta de sol al terminar la jornada laboral, aunque estemos metidos en un taco, es una experiencia que llena el alma.
¿Cómo te imaginas la Antofagasta de 2050?
-Estamos en una sociedad tan individualista que cuesta proyectar cómo será nuestra ciudad en 30 años más. Se ve mucho egoísmo, mucha apatía e individualismo, desde las autoridades hasta el ciudadano común. Si somos capaces de avanzar en empatía, en solidaridad, en proyectos comunes, sin duda lograremos que Antofagasta sea una ciudad más amable, desarrollada y más integrada en el futuro.
¿Cuál es el sueño que te gustaría cumplir?
-Mi sueño es que el "Colegio Misionero José Lancaster" logre ser un referente educativo a nivel nacional, logrando aprendizajes significativos y un potente desarrollo emocional de sus estudiantes. El estrato social de donde provenimos, no puede condicionar la entrega de una educación de calidad.