"Hay que sacrificarse para lograr buenas cosas"
ANTOFAGASTINIDAD. Fidelio Nelson Rafael Tembe, profesor y magíster de Mozambique.
Prácticamente 11 mil kilómetros separan Antofagasta de Mozambique. Ambos puntos están en casi la misma latitud, pero separados por el océano Atlántico y el continente africano.
De allí es nativo Fidelio Nelson Rafael Tembe (38), profesor de Portugués y magíster en Comunicación Estratégica de la UCN quien pasó un par de años por nuestra región, dejando amistades y recuerdos.
Ya de regreso en su país natal, acaba de asumir un importante cargo en una Secretaría de Estado provincial de su nación, aunque no descarta regresar hasta nuestro desierto para visitar a sus amigos.
¿Dónde naciste y qué marcó tu infancia?
-Nací en una localidad llamada Mangundze, en la provincia de Gaza, al sur de Mozambique. Lo que marcó mi infancia fue la muerte de mi mamá, yo tenía solamente dos años de edad, pero igual me marcó el cariño de mi abuela materna y otra gente que asumió mi crecimiento y educación después que perdí a mi mamá.
Por favor, descríbenos tu país.
-Mozambique, con una superficie de 799.380 km2, es un país ubicado en la costa sudeste del continente africano. Al este limita con el Océano Índico, al norte con Tanzania, Malawi y Zambia, al oeste con Zimbabwe y al sur con Swazilandia y Sudáfrica. Tiene 30.8 millones de habitantes y tiene el portugués como su idioma oficial, pero cuenta con más de 20 idiomas nacionales, aunque ninguno de ellos cubre la mitad de la población. La densidad lingüística, en parte, justifica la diversidad cultural que caracteriza al país.
¿Cuál es la principal enseñanza que te dejaron tus padres?
-En la vida hay que sacrificarse para lograr buenas cosas, quizás porque nací en un entorno de muchas carencias. Pero igual me enseñaron a ser agradecido.
¿Qué recuerdas de tus años de estudiante?
-Hay muchas cosas, pero me marcaron los primeros años, cuando iba a la escuela sin zapatos o sin comer. Tuve una niñez muy compleja, pero yo creo que todo lo que pasé, de alguna forma me dejó una gran enseñanza.
¿Cómo te convertiste en profesor de Portugués?
-Descubrí el gusto por el idioma portugués desde la enseñanza básica. Yo y muchos niños de mi edad iban a la escuela sin saber hablarlo y lo aprendí como segundo idioma en la escuela. Cuando me tocó ir a la universidad, escogí la carrera de Enseñanza de Portugués y es algo que hago mucho.
¿Cómo llegaste a Chile?
-Llegué a Chile becado por la Agencia Chilena de Cooperación Internacional para el Desarrollo, en un Programa de Becas designado Nelson Mandela, destinado a profesionales de algunos países africanos incluyendo Mozambique. Para mí fue una oportunidad para seguir con mis estudios. Antes de postularme a la beca, hice un breve estudio sobre Chile, que me permitió saber que al norte hace más calor y tiene temperaturas un poco aproximadas a las de Mozambique, donde predomina el clima tropical con temperaturas medias alrededor de 28 grados. Llegué a la UCN porque me ofrecía la mejor opción para mi formación y afortunadamente se cumplieron mis expectativas.
¿Qué fue lo mejor y lo más difícil de la experiencia chilena?
-Lo mejor fue llegar a una tierra desconocida con gente desconocida y desde el primer momento tener el soporte y apoyo necesario para que pudiera lograr mis objetivos. En la casa donde moraba, no me faltó lo esencial, en la UCN sentí que todos estaban dispuestos a apoyarme. En eso, sin menospreciar a nadie, quisiera destacar el cariño y apoyo incondicional de la Dra. Francis Espinoza y Heleny Mendiz. Yo soy cristiano católico, una de las cosas que necesitaba era integrarme a una comunidad, por eso desde el primer momento fui a la Parroquia Transfiguración del Señor y en la UCN procuré enterarme de la Pastoral. Fue desde la Pastoral que me invitaron a vivir una experiencia única e irrepetible en mi vida cristiana, el Cursillo. En esa ocasión conocí gente muy querida que a posterior fue mi compañía en casi todos los momentos de mi vida en Chile. Como puede notar, hay mucho que puedo mencionar.
Y lo más difícil fue tener que pasar casi dos años lejos de mi familia.
¿Cuál es el espacio de la Región de Antofagasta que más te gustó?
-Lo que más me encantó fueron los géiseres de El Tatio, en San Pedro de Atacama.
¿Qué debiéramos aprender las personas, que no enseñan en ninguna parte?
-Lo que debiéramos aprender, no diría que no se enseña en ninguna parte, es el valor que uno debe poner en sí mismo y en el otro; lo que más importa no es el pasado que uno vivió, su procedencia u otras características externas, debemos fijarnos en lo interior, en lo que uno puede aportar para el bien común y la promoción de la dignidad del otro.