Los apremios que vive el comercio
Es uno de los sectores más golpeados por la pandemia y los involucrados esperan que la población tenga menos restricciones y que los aforos vayan en aumento. Todo dependerá del control de la pandemia y del positivo avance de la vacunación, pero no será suficiente sin el compromiso individual y como sociedad de adecuarse a las nuevas exigencias.
Sin duda que el comercio es uno de los rubros económicos que más se ha resentido durante estos 15 meses de pandemia. El cierre de fronteras, aforos reducidos y los largos confinamientos provocaron una gran debacle en los involucrados en este encadenamiento productivo. Muchos ya agotaron sus ahorros y la ayuda del Gobierno no ha llegado en la cantidad y calidad esperada.
Por ello, quienes han logrado sobrevivir esperan que el ritmo de contagio siga a la baja y con ello se retomen las libertades de movilidad y de aforos en los espacios cerrados.
En Antofagasta, con el avance a fase tres de Preparación, fueron muchos los comerciantes del rubro gastronómico que empezaron a respirar y habilitaron sus negocios para la ansiada llegada de clientes. La mayoría amplió sus terrazas y definió el distanciamiento de mesas para cumplir con los protocolos sanitarios.
Y en Calama, todavía en fase dos de Transición, las noticias no son muy halagüeñas. De hecho, un reciente estudio de la Cámara de Comercio de la ciudad, reveló que casi el 50% de los comerciantes del sector centro debió cerrar sus puertas por la crisis sanitaria.
Y existe otro importante porcentaje que está en malas condiciones y que ve dificultades para ponerse de pie, si es que la ayuda estatal no es suficiente o si el tiempo en fase dos de la comuna se extiende en demasía.
Estos pequeños empresarios no lo están pasando bien y realizan ingentes esfuerzos de sobrevivencia. Desean volver a una nueva normalidad, que saben no será la conocida hasta antes de marzo de 2020, pero que podría ser llevadera para sus negocios. No sólo por el bien propio y de sus capitales, también por los trabajadores que emplean.
Las reparticiones gubernamentales deben poner atención especial en este rubro y llegar con soluciones de impacto positivo. Lograr el despegue y empoderamiento que es muy necesario para el dinamismo económico de las ciudades.
Todo dependerá del control de la pandemia y del positivo avance de la vacunación, pero no será suficiente sin el compromiso individual y como sociedad de adecuarse a las nuevas exigencias.