"Esta es tierra de cronistas"
ANTOFAGASTINIDAD. María Constanza Castro, periodista y académica de la UCN.
María Constanza Castro llegó a Antofagasta en julio del 2011 desde Santiago, para integrarse como académica en la Escuela de Periodismo de la Universidad Católica del Norte.
Luego de 10 años en la capital regional, la periodista, máster en Literatura Hispanoamericana de la Universidad Católica de Chile y máster en Industrias Creativas y Culturales del King's College de Londres, participa activamente de la escena literaria local: además de realizar diversos talleres culturales, dirige el sello editorial regional Ediciones Hurañas.
¿Cuál fue su primera impresión de la ciudad?
- Yo acababa de volver de estudiar fuera con una beca y no quería quedarme en la capital. Además, ya conocía la ciudad, porque había venido con un equipo de Fundación la Fuente a echar a andar el proyecto de Biblioteca Viva que se instaló el 2018.
La ciudad me pareció triste en principio. Recuerdo que llovía como no he vuelto ver llover en la ciudad y el fantasma del aluvión aun andaba rondando.
¿Por qué considera que Antofagasta es especial?
- Antofagasta es un territorio interesante. Su historia me atrajo desde antes de instalarme acá y hasta hoy conserva ese misterio. Su pasado salitrero, la cultura de los pueblos del interior y la costa changa no dejan de sorprenderme con su riqueza patrimonial ligada a lo histórico, lo industrial y lo natural.
¿Cuál es su lugar favorito de la ciudad?
- Me gusta el centro histórico con sus edificios antiguos: la Biblioteca Regional, la catedral, la casa Patiño, ferrocarriles, entre otros. Disfruto pasear por el borde costero y ver la ciudad desde los cerros. Me parece interesante y nostálgico el Barrio Estación, las Ruinas de Huanchaca y el espacio de la Universidad (Católica del Norte) con sus jardines.
¿Qué extraña más de la vida en Antofagasta antes de la pandemia?
- Extraño mucho la actividad cultural presencial. Compartir con diversas personas en los espacios abiertos o en centros culturales como el teatro Pedro de la Barra, los salones de exposiciones de Balmaceda y el Chela Lira.
Echo de menos el diálogo con mis estudiantes en clases y las fiestas y reuniones grandes con mis amigos. Quiero volver a ir a (la Corporación) Gen y Hornito los fines de semana.
¿Es Antofagasta un lugar potencial para nuevas plumas e historias? ¿Por qué?
- Sí, este es un lugar que se presta para la ensoñación e imaginación. Vivir en el desierto invita a volcarse hacia adentro. Además, existe una rica herencia cultural y una tradición narradora que puede verse materializada en la colección de la Sala de la Memoria de la Biblioteca Regional.
Esta es tierra de cronistas y pareciera que nunca dejásemos de conocer el lugar donde vivimos. Sorprender y entusiasmar a las nuevas generaciones con esa Antofagasta remota me motiva mucho.
¿Hay alguna historia de Antofagasta que le gustaría ver plasmada en un libro?
- Me imagino muchas historias ilustradas, con gráficas y diseño interesantes. También me gustaría armar colecciones de libros para niños que hablen de la región y sus personajes. Me encantaría poder reeditar libros olvidados y concretar más publicaciones que están esperando convertirse en algo material.
¿Cómo le gustaría que fuera su huella por la ciudad?
- Siento que mi labor es la mediación, por lo que la huella que debiese quedar se verá en otras personas y en los libros que nos sobrevivirán quizás cuanto tiempo después de nuestro paso por esta tierra.