La sequía deja al descubierto un templo en el centro de México
GUANAJUATO. Una presa inundó la antigua iglesia hace 40 años, pero ahora se puede llegar en bote o incluso a pie.
Una iglesia en el céntrico estado mexicano de Guanajuato sobrevive entre el agua y los peces como único testigo de un pueblo que fue inundado hace más de 40 años y que ahora, a raíz de las sequías que afectan al país, ha quedado de nuevo al descubierto.
Es el Templo de la Virgen de los Dolores, cuya edificación data de mediados del siglo XIX, aunque hay fuentes documentales que sitúan su nacimiento en el siglo XVIII.
El recinto católico, que combina los estilos neoclásico y barroco, era el corazón de la comunidad del Zangarro. "Era concurrida la parroquia, porque ahí se encontraban el registro civil y la vicaría", explicó a Efe Dulce María Vázquez, directora del Archivo Municipal de Irapuato, a 25 kilómetros del templo.
La historia de la comunidad llegó a su fin con un decreto presidencial de 1979 que firmó el entonces presidente de México, José López Portillo, quien ordenó que en las 1.200 hectáreas del poblado se construyera la presa de La Purísima.
La indicación obedeció a que seis años antes, un sábado 18 de agosto, Irapuato fue inundado por completo tras el desborde de la presa El Conejo.
"Cuenta la historia oral que les costó mucho irse del lugar (...) Unos cuantos se resistieron hasta que vieron que ya era una realidad que el agua llegaría para cubrir todo el poblado", relata Dulce Vázquez. Así, los habitantes del Zangarro fueron reubicados en terrenos cercanos y refundaron su comunidad.
El templo es ahora una atracción turística. "Aunque ya está muy saqueado, no falta quien dice 'me encontré una medalla de oro, flotaron tales cosas'", dice Vásquez. En temporadas de calor y sequía, el nivel del agua baja tanto que se puede acceder sin necesidad de abordar uno de los botes que deambulan en la presa y, con suerte, hasta encontrar vestigios del pueblo.