Desde temprana edad Marcos Montecino Moya (40) sintió la necesidad de ayudar a los demás, ejemplo de ello lo vivió en su época universitaria en donde participó como voluntario en Techo.

De profesión ingeniero en ejecución en metalurgia cuenta que está prácticamente 24/7 en la Cruz Roja. "Trabajo como ingeniero pero tengo un ojo pegado en todo lo que pasa en la Cruz Roja", reconoce.

Es parte de la institución desde el 2011 y desde hace cuatro años es presidente de la filial Antofagasta, ubicada en calle Adamson 3354. "Somos 45 personas que pertenecemos a la Cruz Roja en Antofagasta y lo llamativo es que ha gente de todas las edades, desde los 16 años hasta personas de la tercera edad. Somos un grupo bien heterogéneo", recalca.

¿Dónde creciste y qué recuerdos guardas de tu infancia?

-Crecí en la antigua calle Cautín, ahora avenida Antonio Rendic cercano al Cementerio General. Cuando tenía 10 años sucedió el aluvión del 91' lo que me impacto por las dimensiones de la tragedia en la ciudad.

Muchas poblaciones cercanas quedaron totalmente inundadas por el barro, sin duda fue una experiencia transformadora. Hoy en día cuando visitamos las comunidades más vulnerables vemos un riesgo muy alto en que esto vuelva a ocurrir, es por eso que valoro mucho el trabajo en terreno, enseñando, educando y aprendiendo de las distintas realidades.

¿Cuál es la enseñanza que te dejaron tus padres?

-Vengo de una familia en donde la solidaridad y el preocuparse por el otro era algo muy importante. Eran los años ochenta, no había mucho dinero y mucha pobreza, pero se ayudaba con lo que se podía. Se daba la mano sin esperar nada a cambio, esa es una de las mejores cosas que se pueden aprender cuando uno está creciendo.

Mi familia materna ha estado ligado al trabajo voluntario desde que mi abuelo formará parte de los bomberos de la Sexta Compañía "Bomba Ferrocarril" y de ahí debe venir mi vocación de servicio.

¿Qué te apasiona de tu labor en la Cruz Roja?

-Esta institución me ha entregado herramientas y preparación muy valiosa para poder ayudar a las comunidades en distintos ámbitos. Mi motivación más grande es realizar educación de forma preventiva, tanto en primeros auxilios como en contextos de desastres, y apoyar después de sucedida la emergencia. Lo que nos caracteriza es el interés en seguir aprendiendo aspectos técnicos, conocer bien a las comunidades y mantener el contacto con sus dirigentes.

¿Qué proyectos están realizando actualmente?

-En la actualidad estamos trabajando en apoyo en alimentos, artículos de higiene y atención básica de salud para las personas más afectadas por la pandemia. Además tenemos un programa especial para ir en apoyo de las personas migrantes, tanto las que se encuentran de paso, como las que se están instalando en nuestra ciudad.

¿Cómo ha sido el trabajo de la institución en tiempos de pandemia?

-Nuestra labor ha sido muy focalizada y especifica durante este año que llevamos de pandemia, ya que no queremos exponer a la población ni al voluntariado. Estuvimos apoyando con atención de primeros auxilios en el plebiscito año pasado y estaremos presente también para la doble jornada del 15 y 16 de mayo. Esperamos, cuando hayan disminuido los casos, retomar nuestros planes de educación de primeros auxilios y poder seguir con más normalidad las atenciones médicas básicas en nuestro policlínico.

Me gustaría hacer un llamado a la comunidad antofagastina que tanto nos ha apoyado en campañas pasadas, que durante este año sigan aportando en alimentos como artículos de aseo, para que podamos seguir ayudando a aquellas familias que más lo necesitan.

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