Bernardo Tapia
Hace ya un mes de la partida de Bernardo Tapia, un suceso triste que se suma a otros dolores, como la dolorosa partida de Sergio Riquelme, en este año de confinamientos y grandes reflexiones. Yo recapacito, como quizá muchos, en que: detrás de cada mujer valiosa hay un gran hombre.
Ese era Bernardo Tapia, apoyando a su esposa María Canihuante, comprometida con la Cultura y el patrimonio Sabelliano de nuestra ciudad. Él siempre atento, involucrándose con el quehacer literario. Bernardo era un hombre profesional y culto, que supo armonizar los números con las letras, amante de nuestro norte y su historia.
Cuesta no sentir rabia por esta partida en tiempos difíciles, cuando no hemos podido llenar un salón de amigos y pares por la contingencia. Hacer un merecido homenaje, compartir vivencias y levantar un último brindis como hicimos muchas veces en tertulias y eventos culturales.
Recuerdo y recordamos con nuestro Círculo Literario Manuel Durán Díaz, con gran cariño y agradecimiento, ese año 2012, pletórico de vivencias, cuando celebramos los 100 años de nuestro poeta mayor, el centenario de Andrés Sabella. Todos los viernes nos juntábamos por iniciativa de los Linternistas comandados por María y Bernardo, en el Museo de la Casa de la Cultura, en entretenidas e interesantes tertulias, donde leíamos textos propios y de los diversos libros de Andrés Sabella, todo en grata conversación y compartiendo un vino y mucha cultura. Fue un gran año cuando, ellos, abrieron un espacio para los creadores de las artes. No faltó en esas tertulias, un cantante, como Marcos Elgueta, algunos actores como Claudio Lagos y Arlette Ibarra quienes interpretaron poemas y una obra basada en un texto de Sabella, "Los viajeros opuestos".
Sí, detrás de una mujer valiosa hay un gran hombre y detrás de un valioso grupo, como es la Corporación Linterna de Papel de Andrés Sabella, hay un gran director y ese era Bernardo Tapia.
Por eso cuesta asimilar la partida de Bernardo, cuesta imaginar la cultura sin su presencia. Hoy nos queda honrar su recuerdo y su legado. Y me atrevería a agregar, parafraseando al maestro Sabella, "hoy, nuestra región, la que él tanto amó, devora una ración más de soledad".
Aida Santelices Kostópulos, escritora.