La lectura resulta la principal compañía en este tiempo de pandemia para la presidenta regional de la Confusam, Liliana Elizabeth Araya Carranza, quien con más de tres décadas desempeñándose en la atención primaria de salud, recuerda que nació en Chuquicamata porque la mamá era trabajadora de la empresa estatal minera.

Con gran alegría indica que "soy feliz de vivir en Calama. Amo mi ciudad", antes de evocar que desde siempre ha vivido en la capital de la provincia, donde realizó los estudios de enseñanza básica en las escuelas D-35 República de Grecia y D-45 Emilio Sotomayor, y la media en el liceo B-8 Francisco de Aguirre. Mientras que la educación superior la efectuó también en la comuna, como auxiliar de servicio de farmacia y paramédico de enfermería, después logró obtener el título de técnico de nivel superior en enfermería.

Además de estudiar administración de empresa en la Universidad de la República en aquella época que pensaba postularse a concejala por la comuna de Calama. Pero, posteriormente desechó la idea porque no podría ser juez y parte del mismo municipio al ser funcionaria pública.

¿Por qué quería ser concejala?

- Porque dentro de lo que he hecho, sentía que a lo mejor podría ser un aporte, y podría contribuir a hacer grandes cosas en Calama, a apoyar ciertas iniciativas, y dentro de todo ayudar también a las fiscalizaciones. Pero, después con el tiempo me di cuenta que soy dirigenta, no puedes servir a dos amos, y tal vez cuando me retire de esto, quizás pueda entregar algunos aportes desde otro ámbito.

¿Cómo surgió este desafío de asumir como dirigente gremial?

- Primero que nada debo decir que como funcionaria de la atención primaria de salud, llevó 33 años, desde que fuimos municipalizadas en 1980, que fue un tremendo favor que nos hizo el gobierno, porque así nuestra organización pudo hacer muchas cosas, y hoy día podemos decir que avanzamos en reivindicaciones para los trabajadores, como fue crear el estatuto 19.378. En aquellos años, la dirigente Nancy Ramírez, que ya está retirada, con su entusiasmo me propuso, y ella hizo todo, me postuló y quedé, y no sabía en lo que me estaba metiendo, pero con el paso del tiempo, el estudio y la dedicación te vas concientización y encantando con ser dirigente.

¿Qué considera como positivo y negativo de la atención primaria de salud?

- Te puedo decir por los años que llevo en ejercicio, que creo que lo positivo es poder entregar educación y prevención a la comunidad, es de gran connotación, y en la actualidad en lo que estamos haciendo ha sido primordial el poder contar con la salud pública en Chile para poder combatir esta tremenda pandemia del coronavirus. Es sumamente importante que se haya tenido la atención primaria en el país, porque si no existiéramos, con mucha humildad te puedo decir que el escenario sería totalmente distinto en Chile. Y dentro de lo negativo a nivel país, porque esto es una cadena de cosas, realmente ha tenido que ser una lucha incansable de la Confusam para lograr tener un incremento del per cápita para poder entregar la serie de prestaciones que necesita nuestra comunidad, entre todo lo que hace la atención primaria hoy en día, donde siempre los recursos resultan insuficientes. Aunque eso no pasa por Calama, sino que pasa por un tema país.

¿Cuál es el sueño para Calama?

- Tengo un sueño más amplio de mayores oportunidades, donde todas las futuras generaciones no tengan que salir de la ciudad, en el ámbito de poder formarse como profesionales, no tengan que ir a otras ciudades a concretar los sueños, a poder crecer profesionalmente. Aunque históricamente todos los hijos tienen que salir a otras ciudades, y lo mejor que les podría ocurrir a todas las familias loínas, es que los hijos pudieran estudiar y tener empleos y no tener que emigrar.