Daniel Contreras Palma

El año pasado la crisis derivada de la pandemia obligó al gobierno a decretar el cierre temporal de los establecimientos de educacionales de todo el país como medida preventiva para evitar un mayor contagio entre estudiantes.

De esta forma, el sistema educativo tuvo que moverse de la noche a la mañana hacia las clases virtuales. Un nuevo formato en ese entonces poco explorado tanto por profesores como alumnos, lo que trajo como efecto negativo un rezago en el aprendizaje de contenidos.

Así lo confirman los resultados del Diagnóstico Integral de Aprendizajes (DIA), aplicado por la Agencia de Calidad de la Educación el segundo semestre del año pasado al 79% de los colegios del país, instrumento que busca identificar cuáles son los aprendizajes más debilitados entre los estudiantes.

Según se desprende de esta evaluación, a nivel regional los estudiantes de enseñanza media aprendieron la mitad de lo que debían, las mujeres son las más perjudicadas socioemocionalmente, mientras que las diferencias entre los establecimientos de vulnerabilidad alta y baja son significativas en todos los niveles a partir de sexto básico. Una situación que también se replica en el resto de las regiones.

La metodología para este diagnóstico consideró la aplicación de las pruebas de Lectura y Matemática, que fueron adaptadas al currículum priorizado, además de un cuestionario socioemocional que explora dimensiones como motivación, hábitos de estudio, entre otros, considerando que los estudiantes ya han convivido un año con la pandemia.

Al analizar los resultados, Daniel Rodríguez, secretario ejecutivo de la Agencia de Calidad de la Educación, explicó que algunas conclusiones eran esperables - por ejemplo las brechas socioeconómicas-, mientras que hubo otras como los efectos socioemocionales en los estudiantes que generaron sorpresa.

"Efectivamente el comportamiento tiene similitudes con el Simce, en el sentido que vemos que el rendimiento relativo en educación media es más bajo que el de básica. Es decir, los estudiantes de enseñanza media tienen peores resultados en términos de aprendizaje", precisó Rodríguez.

Deserción

En su diagnóstico el profesional agrega que existe una gran preocupación por el impacto que podría tener en los estudiantes este atraso en el aprendizaje llegando, incluso, a motivar la deserción escolar.

"También observamos brechas socioeconómicas en que las escuelas más vulnerables tienen perores resultados que las escuelas menos vulnerables. Y esto se ve muy fuerte sobre todo a partir de sexto básico, lo que nos está indicando que justamente en los sectores más vulnerables los estudiantes más grandes están teniendo una pérdida del vínculo con el establecimiento porque no está asistiendo las clases virtuales, y eso nos puede llevar a una consecuencia más grave que es el abandono escolar", planteó el secretario ejecutivo.

Dentro de los resultados que llamaron la atención, Rodríguez enfatiza que "un dato que nos sorprendió bastante fue que hay una brecha entre hombres y mujeres en términos de cómo se perciben los estudiantes en su afectación respecto a la pandemia. Vemos que las estudiantes mujeres declaran estar mucho más afectadas en lo socioemocional que los estudiantes varones. Y eso nos preocupa muchísimo y nos da una señal importante porque tenemos que afrontar esta emergencia educativa con una perspectiva de género".

Experiencia

Para Iris Núñez, profesora de la Escuela F-78 General Baquedano, estos bajos resultados era un escenario esperable dado las complejidades que ha tenido la implementación del sistema de clases remotas, especialmente para aquellos estudiantes de establecimientos vulnerables, quienes muchas veces no pueden acceder a una conexión a internet o no cuentan con un computador.

Esto sumado a la poca experiencia de los docentes en materia de metodologías de enseñanza a través de plataformas virtuales.

"Cuando se presentó este situación nosotros estábamos en pañales. No había bibliografía respecto al tema de las clases virtuales, a no ser que se tratara de personas adultas. En ese sentido la preparación de los profesores no estaba. La mitad del año trabajamos buscando el sistema y formas de conectar con la enseñanza a través de una pantalla. Por otro lado el Ministerio de Educación no tenía claro los lineamientos en materia de contenidos priorizados. En definitiva fue todo un caos", explicó Núñez.

Consultada respecto a los datos que arrojó el diagnóstico, la profesora advierte que habría una distorsión en los resultados de las pruebas aplicadas a los niveles básicos, ya que a su juicio los padres podrían haber participado ayudando a sus hijos.

Además de rezago en materia de aprendizaje que ha generado la pandemia, la docente advierte que se debe abordar el aspecto emocional de los estudiantes que se han visto fuertemente afectados por las consecuencias de la pandemia.

"La idea no es solo pasar contenido, sino que los niños también desarrollen habilidades y esto se logra a través de experiencias personales. El alumno tiene que crear emocionalidad para que se interese por lo que está aprendiendo. Tenemos muchos niños que vamos a tener que enviar al psicólogo porque están altamente afectados emocionalmente y en el futuro tendrán problemas para sociabilizar", puntualizó.