"Aprendamos a mirarnos de igual a igual"
ANTOFAGASTINIDAD. Michael Müller, periodista.
La vida de Michael Müller ha pasado largas horas frente a monitores y cámaras de televisión, de allí que sea un rostro reconocible para gran parte de los chilenos.
Llegó a Antofagasta siendo un niño, junto a su padre Ludwig (Luis) y su hermano Tomás en 1958, cuando el patriarca aceptó un trabajo en la naciente mina de Mantos Blancos. Los hermanos se educaron en el Liceo de Hombres y la Universidad del Norte (hoy UCN), hasta que Michael se radicó en Santiago a mediados de la década de los 70.
Nació en Santiago y llegó a Antofagasta siendo un niño. ¿Qué recuerda de la ciudad de esos años?
- Mi primer recuerdo es la caleta y los guajaches, a mi corta edad me parecían animales enormes de la prehistoria. Antofagasta de fines de los 50 y comienzos de los 60 era una ciudad tranquila, más bien poco agraciada, que llegaba hasta Playa Blanca por el sur y El Trocadero por el Norte. ¡Lo que más recuerdo es el colegio, el Liceo de Hombres N°1, gran colegio!
¿Cómo definiría su paso por el Liceo de Hombres y cuáles fueron los valores aprendidos?
-Un gran colegio, con excelentes profesores, con alumnos provenientes de Calama, Chuqui, las salitreras, Tocopilla, todos internos o medio pupilos más los de Antofagasta. Ahí aprendí que todos somos iguales, aprendí de fraternidad pero también aprendí de civismo, de responsabilidad, de amistad, lo único que no aprendí fue matemáticas, fui un desastre en ese ramo nunca las entendí.
Junto a su hermano Tomás y su padre, don Luis, se autodenominaban "los tres mosqueteros"… ¿Cuál era la razón?
- Los Tres Mosqueteros. No sé por qué mi papá decía que éramos los tres mosqueteros, pero para mí siendo niño era entretenido, medio aventurero. Supongo que hacía referencia en que éramos solo los tres desde que mis padres se separaron.
¿Por qué decidió estudiar periodismo? ¿Y qué es lo mejor de la profesión?
- Yo no pensaba estudiar periodismo. Mi intención era estudiar Ciencias Políticas o por último derecho. Pero mi padre no me dejó irme a Santiago o Valparaíso y tuve que optar por Periodismo en la Universidad del Norte. No tenía idea a lo que iba, pero al par de meses me gustó y me embalé. No sé explicar que es lo mejor, pero tiene muchas cosas positivas, conoces gente, conoces el mundo, tienes libertad más allá de un escritorio, sabes que estás trabajando para la sociedad y si eres copuchento sabes de primera fuente lo mejor de las copuchas.
Su identidad de periodista está fuertemente vinculada al deporte… ¿Cuál es su "top 3" de hitos cubiertos y por qué?
- Sí, todos me ubican más por mi faceta dedicada al deporte aunque ejercí mucho como Editor de Noticias, director de Prensa y gerente de deportes en TVN. Así como mi idea inicial no era estudiar periodismo, tampoco tenía intenciones de dedicarme al deporte, pero esa es otra historia. Mis tres top o mis mejores recuerdos de coberturas las encabezan los Juegos Olímpicos de Atenas, con la transmisión de las medallas del tenis, luego el Mundial de Fútbol de España 82 el primero que fui como reportero y donde fue muy difícil trabajar y el tercero la Copa América de Chile con nuestro país campeón y yo ya dedicado a la producción ejecutiva. Y como bonus track te cuento que mi cobertura internacional más curiosa fue ¡ser enviado especial a la Independencia de Belize! Eso sí que es raro. Y en deporte, el país más llamativo y curioso donde estuve Zimbabue para una Copa Davis de Chile con ese país.
¿Qué le gustaría que los demás supieran de usted?
- Nada especial, que soy un agradecido de la vida, soy y he sido feliz, orgulloso de mi familia que formamos con Ximena Ceballos hace 46 años en Antofagasta, con Michael Jr., Jonathan y Karen. Hemos sorteado dificultades como todos, pero vamos siempre adelante. Tuve la suerte de hacer una linda carrera, aprovechar las oportunidades y seguir trabajando hasta hoy. Que soy una persona normal.
¿Cuál es el espacio de la región que siempre recuerda?
- Mira recuerdo varios lugares con especial cariño y están ligados a hitos de mi vida. Primero Mantos Blancos -qué raro es este gallo deben decir-, lugar adonde llegamos con mi familia en 1958 y siendo niño recorrí con mi hermano y amigos toda esa parte del desierto. Después Juan López la mejor playa de Chile donde pasamos maravillosas vacaciones con Ximena y los dos hijos mayores bien chicos. Y luego todo el interior de la Segunda Región, San Pedro, Chiu-Chiu, Lasana, Caspana, Toconao, etc. Recorrí toda esa zona decenas de veces reporteando historias para TVN.
¿Qué debiéramos aprender las personas, que no enseñan en ninguna parte?
- Debiéramos aprender a mirarnos de igual a igual, a respetarnos, a entender que podemos tener diferencias pero podemos sentarnos y conversar. Todos debemos aprender que debemos vivir con justicia, ser solidarios. Nadie te enseña a querer, solo uno quiere y lo mismo para aprender igualdad, justicia.