Sin duda, que Nelson Eduardo Velásquez Ramos, resulta una figura conocida en el ámbito de la entretención nocturna y también de las comunicaciones -propietario de la Radio Topáter de Calama-. Pero, son pocos quienes conocen que también participó en el Circo Minero y fue concejal de la comuna de Calama.

Al igual como otras destacadas personas que hicieron patria en esta zona desértica, este empresario artístico llegó procedente de la zona central del país en 1969, y con más de 50 años radicado en la ciudad, se siente un calameño más, donde espera haber entregado y continuar entregando lo mejor de él. Llegó con su madre, quien como profesora cumplió labores profesionales en la ciudad.

De igual manera recordó que estudió geomensura, topografía en la Universidad Técnica del Estado (UTE). Y siempre visualizó el potencial de la zona minera, tanto es así que después de recorrer gran parte de Chile terminó radicándose en la capital de la provincia El Loa.

Para más de alguno resulta desconocido porque lo identifican como Nelson "Cepillín" Velásquez, algo que el recuerda como una anécdota muy particular que lo marcó para siempre.

-¿Por qué "Cepillín"?

Cuando llegué a Calama me disfrazaba de payaso, e incluso cantaba las canciones de "Cepillín". Posteriormente, me correspondió animar el 4° Festival de la Voz Industrialina en Calama, donde al aparecer el primer día por mis rasgos delgados y pelo largo, me comenzaron a gritar "Cepillín", y al concluir el festival era mi nombre oficial. Pero el bautizo definitivo tuvo lugar con el empresario del espectáculo, Óscar Arriagada del Show 007, quien trajo a Carlos Caszely en una oportunidad, y requirió de un animador local, donde me contactaron, y después de dar varios nombres para que me presentarán indique el de "Cepillín" y les gustó.

-¿Usted fue uno de los creadores del Verano Calameño?

Fui fundador del Verano Calameño, nos juntábamos en la plaza antigua en la esquina. Nosotros todos los veranos no teníamos mucho que hacer, no éramos hijos de trabajadores así que no podíamos tener práctica en Chuquicamata, en eso yo formé un grupo con condiciones artísticas para hacer teatro, pantomimas y también para hacer sketch, y en la pérgola de la plaza nos presentábamos casi todos los fines de semanas con gran asistencia de familias. Pero, llegaba enero y febrero y no teníamos absolutamente nada más, y en el verano del '74 surgió la idea de formar el Verano Calameño. Había una organización juvenil de estudiantes que se llamaba Cedesca. Y ahí se dio cuerpo contando con el apoyo de muchas personas. En el '75 partió con dos días de estadio, y las demás actividades las hacíamos en la calle, y en otro recinto deportivo.

-¿Qué piensa ahora del Verano calameño?

El Verano Calameño no ha sido bien cuidado, tiene que tener claro los objetivos de porque nació, era una necesidad imperiosa de la juventud de aquellas años, no teníamos como divertirnos, y hoy en la actualidad tampoco porque en nuestra ciudad no ofrece las garantías para tener unas vacaciones en la ciudad, el río con muy poca agua, los lugares no están muy adecuados para reunirnos con nuestra juventud. Hay que cuidarlo mucho y planificarlo con anticipación, y me he dado cuenta que últimamente se ha improvisado mucho, se ha estado improvisando, el Verano Calameño partió sin ningún recurso, sin ningún apoyo económico, recién al terminar de los primeros cinco años empezamos a recibir un beneficio del municipio.

Y el mundo artístico, como empresario nocturno

Con el mundo del espectáculo logré educar a mis dos hijas, ambas profesionales, de tal manera que no tengo de que quejarme. La pasión de mi vida ha sido el mundo del espectáculo y la comunicación, el mundo empresarial de la noche vino solo. La mayor parte en lo laboral de mi vida fue en lo nocturno, en el Casino Extracción, en el Parque El Loa por 20 años, hasta el 2010, traía los grupos más importantes de América, al rincón tropical más importante.

¿Cuál es el sueño para Calama?

Mi sueño era llegar a ser alcalde de la ciudad. Haberle devuelto todo lo que recibí, porque yo recibí todo, recibí amor, recibí cariño, recibí estabilidad económica en Calama, y siempre soñé con poder devolvérselo, creía y creo tener las condiciones necesarias para haberle dado un giro a nuestra ciudad, haber convertido a Calama en la ciudad que todos queremos, tranquila, laboral, limpia, y con oportunidades para nuestros herederos. Hay gente que dice que viene por 5 años, y no se va nunca más, y eso es nada más porque es una ciudad tremendamente favorecedora para la gente que viene a trabajar, todos los que vienen con ideas claras, con brindarle una mejoría a la ciudad, van a encontrar en Calama una ciudad perfecta.