El poder de la paridad de género en la reactivación
"El CEIM mostró un incremento del 22% de participación femenina para sus programas de formación". Esther Croudo Bitrán, Alianza Antofagasta
En el mundo se habla de la gran recesión femenina. Ya en septiembre la consultora McKinsey advertía sobre el alto costo que el desempleo observado entre las mujeres tendría, el cual no solo haría retroceder la causa de la igualdad de género, sino que también frenaría la economía global. La Cepal advirtió que el nivel de ocupación remunerada de las mujeres retrocedió más de una década como consecuencia de la emergencia del coronavirus. Lo cual llevaría a profundizar los nudos estructurales de la desigualdad, atentando contra la autonomía de las mujeres y empujando a muchas hacia la pobreza.
Mientras en EE. UU. las mujeres piden un "Plan Marshall para madres", algunos gobiernos ya comienzan a pensar en un nuevo pacto fiscal que promueva la igualdad de género como elemento central para una recuperación sostenible. La razón según la Consultora McKinsey es contundente: tomar medidas hoy para promover la equidad de género podría sumarle US$13 billones al PIB mundial del 2030. Un aumento del 11% en relación con la opción "hacer nada".
El compromiso de las empresas para alcanzar este escenario es fundamental. Y en este sentido la industria minera chilena ha mostrado importantes avances al poner como foco la integración de las mujeres en la industria. Por siglos la minería estuvo integrada sólo por hombres. Fue recién en 1996 cuando se eliminó de nuestro Código del Trabajo la prohibición de ingreso de mujeres a las faenas mineras.
Hoy vemos a las mujeres en todas las áreas de la minería. El empleo directo de la mujer en la industria minera en Chile, según datos entregados por Cochilco, alcanza un 8,5%. Sin embargo, nuestra realidad local es bastante más auspiciosa que el promedio nacional, en línea con otros países mineros como Canadá (17,9%) y Australia (15,4%).
En BHP la participación laboral de mujeres, a enero 2021 fue cercana al 20% para sus dos operaciones basadas en la Región de Antofagasta: Escondida y Spence. Porcentaje que BHP se compromete a seguir aumentando hasta alcanzar la paridad de género al año 2025.
Por su parte en Antofagasta Minerals las mujeres representan un 14,9% de la dotación, la que ha aumentado consistentemente en los últimos cuatro años para todos los roles tanto ejecutivos y de supervisión como así también en cargos de operación y mantención.
Cada vez son más las mujeres que se desempeñan en la cadena de valor. Pero ello no se logra si no va acompañado de establecer metas y compromisos, especialmente en lo que a capacitación se refiere. La capacitación cumple un rol fundamental a la hora de romper mitos, terminar con los sesgos y correr límites de tal forma de no ver a la minería como "terreno de hombres". En este sentido el CEIM, Centro de Entrenamiento Industrial y Minero, mostró un incremento del 22% de participación femenina para sus programas de formación, durante el 2020.
Transversalizar la perspectiva de género en aquellas industrias como la minera es un gran avance. Pero debemos ir por más. Es urgente que en todas las políticas de recuperación que de aquí en adelante se diseñen, se protejan los derechos alcanzados para las mujeres, se eviten retrocesos y se enfrenten las desigualdades de género. Potenciar prácticas laborales más flexibles, equitativas, con menos barreras a la contratación femenina y sistemas integrales de cuidado para la familia, es tarea pendiente.