Debate por un tercer retiro
Una decisión de este tipo debe tener claridad en relación a los potenciales beneficiarios, los que claramente ya no serán los sectores más desposeídos. Los cotizantes de menores ingresos y los más jóvenes ya retiraron la totalidad de sus ahorros. Es de esperar que el Estado asuma un rol más activo, entendiendo las dificultades financieras.
Por estos días comenzó el debate por un posible tercer retiro de los fondos de pensiones, una conversación atendible, pero muy distinta a las ocurridas el año pasado, cuando el país y el planeta enfrentaron lo peor de la pandemia.
No cabe duda de que los retiros significaron una enorme contribución para muchas familias que fueron afectadas por el desempleo o la reducción de ingresos. Debe recordarse que hasta un tercio de la fuerza laboral del país se vio afectada en algún momento.
También es cierto que se trató de una medida derechamente mala, pues implica que la población debió recurrir a los fondos de su jubilación para enfrentar estos meses y eso tendrá efectos en el largo plazo, en un sistema que encima está muy cuestionado por los bajos montos que entrega, una situación que se explica, en lo fundamental, por los exiguos márgenes del mercado laboral chileno.
Así, los dos retiros ya significaron una importante consecuencia en los fondos de millones de compatriotas. De hecho, ya son 2 millones 912 mil 971 personas las que ya no tienen saldo en su cuenta de capitalización individual, cifra que en el caso de la Región de Antofagasta alcanza a los 88 mil afiliados, es decir, un 22% del universo que involucra a poco más de 205 mil trabajadores, según los antecedentes de la Superintendencia de Pensiones.
Durante el primer proceso 363 mil afiliados solicitaron el 10% de sus ahorros previsionales en la región mientras que en el segundo la cifra alcanzó los 263 mil requerimientos. El balance de la Superintendencia precisó que mientras por el primer retiro el monto de pago promedio por persona fue de 1,6 millones de pesos, lo que representa un 36% del saldo acumulado de los afiliados y en el caso del segundo proceso, la cifra llegó a 1,67 millones, un 37%.
Lo que conviene debatir y preguntarse ahora es si un potencial tercer retiro beneficia a los que más lo necesitan o a quienes tienen más fondos. Es efectivo que estos pagan un impuesto, no obstante, sabemos que a futuro será el Estado el que deba asumir los costos de medidas de este tipo.