Antofagastinidad en febrero
En una antigua revista antofagastina, "La Revista Ilustrada", encuentro curiosa nota firmada por Jean Marinot. Menciona sucesos ocurridos en los últimos días. Hace referencia a la fecha de publicación: 14 de febrero de 1904 y su significado para los antofagastinos. He aquí un extracto:
"¡14 de febrero! He pensado mucho en cómo empezaría una charla para este semanario, en cuya casa siempre se nos diera cariñosa hospitalidad. En estos días cálidos, de cielo tan puro como un lago de ensueño, nos invade un sopor dulce y profundo, sin animarnos a nada serio. Ya veis que es "gabela" para el que piense en perfilar una charla.
Por lo pronto, he aquí que hasta la fecha es decidora. Habla de las glorias guerreras chilenas. En un día, así como este, en menos de cinco lustros atrás, guerreros chilenos se posesionaban de este Antofagasta que ahora amamos como cosa nuestra.
Todo pasa, fugaz como una visión que dejara apenas una vaga imagen en la retina. Era este mismo sol de estío, que hoy luce en toda la gloria de su esplendor, que abrillantara entonces esa lucha trágica e inevitable entre pueblos latinos de la misma sangre y sentimientos. Esto es en cuanto a las sensaciones que más de cerca nos atañen, y que harán vibrar por unos instantes esa refinada fibra del patriotismo chileno".
En nuestros días, tiempo de eufemismos y prohibiciones lingüísticas, la palabra "patriotismo" ya no suena bien. Quizá por interpretación estrecha. Valoro las palabras del filósofo escocés Alasdair MacIntyre cuando expresa: "La posesión de una identidad histórica y la posesión de una identidad social coinciden" y "La identidad personal no puede estar aislada del contexto social".
Hablar de patria con actitudes chauvinistas es deplorable. Hablar de patria como se habla del hogar, es sentirla como la propia vida diaria, los amigos, los recuerdos, la historia personal.
Cabría preguntarse si esa temprana antofagastinidad de hace 142 años está viva aún y si sus ciudadanos sentimos esta patria pequeña "como cosa nuestra".