Chileno encuentra eslabón perdido en el nacimiento de los Agujeros Negros
El astrónomo de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la Universidad de Chile, Andrés Escala, publicó ayer en la prestigiosa revista The Astrophysical Journal un análisis sobre el origen de los agujeros negros supermasivos, donde postula que estas regiones nacen del choque violento de estrellas en el centro de las galaxias.
Según la investigación, los agujeros negros supermasivos, es decir, aquellos cuya masa supera por miles de millones de veces la del Sol, se originan por el colapso de un cúmulo de estrellas en el núcleo de estructuras gravitatorias galácticas.
"Son de una masa enorme, incluso comparable con la masa de algunas galaxias como la nube pequeña de Magallanes. Son negros, ya que ni la luz escapa de su gravedad y si caes adentro nunca más regresarás", describe Escala a los agujeros negros supermasivos
La publicación muestra que "la formación de los agujeros negros supermasivos, que habitan en el centro de las galaxias, radica en la inestabilidad de dicha zona, donde las estrellas tienden a chocar violentamente entre sí", explicó el también investigador del Centro de Excelencia en Astrofísica y Tecnologías Afines (CATA).
Esta, de acuerdo a la comunidad científica, es la primera evidencia que sostiene la hipótesis del origen por colapso de cúmulos estelares, en contraposición a los dos posibilidades restantes: el colapso de una nube de gas o el crecimiento de un agujero pequeño.
"La formación de este tipo de agujeros es tal vez el problema más abierto en formación de objetos", agregó el PhD en astrofísica de la U. de Yale y postdoctorado en la U. de Stanford, ambas en Estados Unidos: "Tenemos una idea de cómo se forman la galaxias, las estrellas y los planetas, pero es primera vez que se hace un link de la teoría a lo observado", agregó Escala.
De continuar los estudios en esta línea, las ondas gravitacionales que debiera emitir el colapso de un agujero negro serán detectadas por un observatorio que se inaugurará aproximadamente en 2030, llamado Lisa (Laser Interferometer Space Antenna) y desarrollado por la Agencia Espacial Europea y la Nasa (EE.UU.).
Mientras, el astrofísico sigue trabajando en simulaciones computacionales que respalden parte de los resultados, y "ya tenemos un alumno de magíster en astronomía de la Universidad de Concepción (UdeC) realizando esa operación en el contexto del Núcleo Milenio Titanes, a quien en marzo podría sumarse otro estudiante de postgrado en la U. de Chile".