"Tuve una infancia mágica"
ANTOFAGASTINIDAD. Julio Santander Fuentes, arquitecto.
Julio Santander Fuentes es chuquicamatino y de ese territorio conserva los mejores momentos de infancia.
Amigos, juegos, aventuras partidos en el antiguo estadio de Cobreloa son experiencias que aún lleva consigo este arquitecto, aficionado desde siempre a Iron Maiden, hoy convertido en Seremi de Vivienda y Urbanismo.
¿Qué significa para ti haber nacido en Chuquicamata?
- Uno no elige donde nace, pero hay lugares que marcan tu vida en todo sentido. Te enseñan lo que es el arraigo, el origen, la mística, los amigos para siempre, la historia de tu familia. No hay que olvidar nunca de dónde vienes y lo que significa Chuquicamata. Lo están enterrando cada día de una manera vergonzosa y nadie hace nada.
¿Qué recuerdos guardas de tu infancia?
- Los mejores y trato de proyectarlos en cada cosa que hago, por eso me declaro una persona feliz, porque tuve el privilegio de tener una infancia mágica donde andaba siempre en los cerros, la calle, ir al estadio de Calama a ver a Cobreloa, pero sobre todo la amistad que hasta hoy conservo con muchísima gente. Particularmente tengo un tema con las plazas de juegos, creo son un ejemplo absolutamente replicable en otros lados. A pesar de que había diferencias sociales entre cada barrio, había siempre un mini parque donde estaban todos, de tierra, pero con verdaderos columpios y juegos, a años luz de lo mínimo que tenemos hoy… Ahí había calle.
¿Cómo y a qué edad comienzas a relacionarte con la política?
- Prematuramente participando en directivas de curso, el CEAL y también en la Universidad. Siempre mirando un aspecto más colectivo que ideológico. Nunca compartí los discursos de algunos en la universidad porque al final los mismos que vendían una pomada social del "compañero" después se arreglaban con todo para ellos en los paros.
¿Qué es lo mejor y lo peor de esta actividad, según tu experiencia?
- Lo mejor es que puedes efectivamente desde tu trabajo lograr cambios, llegar a alguien y trasformar la realidad, sales de la inercia de la crítica y te vuelcas a intentar hacer una diferencia desde tu conocimiento y experiencia de vida. Por otro lado, lo peor es que se confunda que el liderazgo está al servicio de una administración y no la estructura al servicio de la figura, y esa es una gran diferencia de cómo ver y hacer las cosas.
¿Qué visión tienes de los desafíos que enfrenta nuestro país?
- Creo que acá se ha dejado de lado un debate fundamental. Con todo lo que estamos viviendo, pandemia y estallido, no hay tiempo para procesar mucha información y hemos fijado la expectativa en una nueva constitución que lo resuelve todo. Me parece bien que ajusten temas fundamentales de derechos, pero hay que ver de cómo nuestro país mira su administración territorial. Si seguimos el mismo camino de atribuciones cruzadas que hacen que todas las instituciones trabajen como islas, no vamos a poder solucionar temas de campamentos, ni mucho menos conflictos ambientales, como tampoco alcanzar el desarrollo integral territorial.
¿Cómo crees será la sociedad post covid?
- Debe ser mejor, porque todo se está ajustando, sobre todo la movilidad, el teletrabajo, la educación digital. Soy un convencido que ya los contenidos deben ser digitales y al colegio o escuela se va al espacio de interacción social, academia, deportes, artes, debate y conversación. Y el espacio de la vivienda también se está ajustando, similar en el ámbito laboral.
¿Dónde quieres estar en 10 años?
- Una vez me pidieron que escribiera en un papel lo que no había logrado hacer y dejé el papel en blanco y es porque estoy donde he querido estar y siempre avanzando, hoy estoy en el Minvu y estudiando a la vez un máster que me tiene muy agotado. Espero estar vivo y vigente para ver crecer a mi hija y enfocado en lo que llevo haciendo hace años, que es desde mi profesión de arquitecto sentarme en muchas mesas para hacer cambios.
¿Qué enseñanzas o lecciones tratas siempre de inculcar en tu hija?
- Sobre todo, que siempre vea la vida con una cuota de humor… si es capaz de reírse de ella misma de las cosas que le pasan, nunca nadie va a poder hacerle daño. Con Paula buscamos también que siempre diga lo que piensa, que nunca actúe al servicio de la opinión impuesta del resto, porque su opinión es lo que vale, y respete a los demás.
¿Por qué Iron Maiden?
- Siempre se escuchó en la casa rock de los 60's en adelante. Así a los 10 años llegó a mis manos en un cumpleaños un cassette de The number of the beast y fue automático. Fue un combo al cerebro. El metal es así, te gusta a la primera o no, y nunca más dejé de escucharlo hasta hoy. A mí me equilibra la energía, es y será mi banda. Traducía los temas para que nadie dijera que eran satánicos. Iron Maiden habla de historia, del tiempo, de guerra, religión, muerte y política. Solo Maiden supera a Maiden y siempre, sea cual sea el momento vuelvo a descubrir la discografía.