El sentido de la palabra hombre
"En nuestras manos, está convertirnos en faros luminosos, en instrumentos de paz".
Una de las cosas que me ha impresionado para escribir algo sobre este tema, es que una de las cualidades que debemos lograr es ser hombre. En verdad que es más fácil ser profesional, literato o artista que hombre; porque estas profesiones son parciales, en tanto que ser hombre es un título universal, es a la vez la más básica de las profesiones. ¿Qué significa ser hombre y dónde encontrarlo?
Hombre es el artífice de su propio destino o, lo que es lo mismo, la causa y el efecto de la propia naturaleza.
Para todos es conocida la historia a que nos vamos a referir:
Hubo en la antigua Grecia un gran filósofo llamado Diógenes, contemporáneo de Alejandro Magno. Fue Diógenes entusiasta por las cosas reales y enemigo de las comedias humanas. Jamás pudo acomodar su vida a las preocupaciones sociales de ese entonces; fue enemigo declarado de las mentiras, de la hipocresía, del fariseísmo y de la farsa.
Siempre llamó a las cosas por su nombre, la teoría y la práctica fueron en Diógenes una misma cosa; su pensamiento y su vida fueron sinónimos a la desnudez del alma. Para él todo el mundo era tiniebla y los pensamientos de la humana sabiduría eran palos de ciego; y como vivimos en tinieblas, acostumbraba Diógenes a salir por las calles con una linterna en la mano, aunque fuera pleno día, para buscar, ¿a quién?, para buscar un hombre.
Su gran amigo Macedonio Crátero, hombre muy rico, famoso por sus festines lo invitó a que lo acompañase a una de sus fiestas, Diógenes le respondió: Prefiero comer sal en Atenas, antes de pisar los umbrales de un rico. Crátero insistió y nada pudo conseguir, ni tenerlo en su mesa, ni que apagara su linterna.
¿A dónde vas con esa linterna estando en pleno día? Y el filósofo respondió: A buscar un hombre. ¿Acaso Alejandro y tú y yo no somos hombres? No, replicó Diógenes, todos los que nos rodean, tú y yo, sólo tenemos figura humana, pero no somos hombres, somos esclavos. Alejandro es un esclavo de todos los pueblos, de sus pasiones y de sus caprichos, y tú eres esclavo de tus tesoros, y yo soy un montón de basura; sobre otro montón de basura; mientras que los hombres andan de pie, son libres de prejuicios, de ambiciones, de pasiones; abren las puertas de su alma en par y sienten sed de las cosas reales; el verdadero hombre no vive para ser feliz, sino para cumplir con una ley
No apagues tu linterna, Diógenes; sigue tu camino aún, que te queda mucho camino que andar, porque el hombre que tú buscas no lo hallarás tan luego; sigue, pobre filósofo.
Crátero se fue a su festín y Diógenes siguió buscando al hombre. Esta es la eterna búsqueda de la sociedad, con su lámpara. En nuestras manos, está convertirnos en faros luminosos, en instrumentos de paz, transformando nuestro laboratorio mental en una estación transmisora de los valores eternos Diógenes llevó por las calles de Atenas su linterna; nosotros debemos imitarlo. Aquí quiero citar lo que dijo un pensador: Ser hombre es ser amante de la virtud, de la sabiduría, de la justicia, de la humanidad.
Arturo Mardones,
Rotary Club Chuquicamata