"Me gustan los cerros y las piedras"
ANTOFAGASTINIDAD. Jorge Vallejos Bernal, constructor y amante del folklore.
Es probable que el principal orgullo de Jorge Vallejos Bernal (73), casado, sean sus hijos.
Hablamos de Jorge, doctor en Ciencias de la Computación, quien vive en Bélgica y Macarena,máster en Logística y Administración de Sistemas, quien vive en Calgary, Canadá.
Nacido en Chuquicamata, su mi infancia fue marcada por un sentimiento profundo de libertad.
"El mineral podía tener un dueño comercial pero los que ejercíamos la soberanía en propiedad, éramos los niños. El campamento era nuestro en toda la extensión de la palabra... Nuestros 'peores enemigos', eran las mamás, amorosas personas que arruinaban cuánta idea divertida se nos ocurría y que, casi siempre, terminaban con parches, vendas o yeso en alguna extremidad. Sin embargo…, éramos felices, sobre todo si terminábamos las jornadas acostados en la pampa observando el cielo plagado de estrellas y la imaginación volaba".
¿Cuál es la principal enseñanza que te dejaron tus padres?
- La humildad y la sencillez. Y desde esa plataforma, luchar para salir adelante. Éramos una familia pobre, del Chuquicamata de fines de la primera mitad del siglo XX. Ese campamento cuyas casas en su mayoría no tenían servicios básicos. Pero las carencias eran la cotidianeidad, lo que consecuenciaba una vida simple pero llena de ilusiones, fundamentalmente la de mis padres que deseaban profundamente la educación de sus tres hijos.
En particular mi padre me dejó dos enseñanzas fundamentales: el amor por los libros, y el amor por la arquitectura. Él, desde su humilde lugar de obrero, seguía por correspondencia cursos de dibujo arquitectónico y, siendo yo muy chico, le miraba extasiado. Y comenzó a enseñarme. Y quise ser arquitecto, pero entonces no había escuela de ello en la ciudad, y me tuve que conformar con estudiar construcción civil. Allí, tenía una enorme ventaja en los ramos de dibujo. Me gané siempre las ayudantías del ramo y, luego, trabajando en la construcción, me puse a diseñar viviendas y edificios. En total, más de sesenta mil metros cuadrados de diseño y construcción de mis propios proyectos en Antofagasta, Mejillones y Calama.
¿Qué te gustaría que los demás supieran de ti?
- Que tengo un gran respeto por los líderes, en todo ámbito. Y en el campo comercial aquellos personajes que privilegian la eficacia por sobre la eficiencia, entendiendo este último término como eficacia a menor costo. Y es muy común que el menor costo se logre con reducción de personal, rebajas de sueldos, disminución de regalías y otras, y no con inteligencia aplicada al objeto, no al sujeto.
¿Cómo llegaste al folklore y qué significa para ti?
- Desde pequeño me gustó el folklore. Escuchaba todos los días un programa que transmitía Radio Calama con música folklórica. Claro, música de otras regiones, pero llamativa igual. Aun más, me atrae la música de cualquier país, de la China, Arabia o Afganistán. Toda me sabe a tierra y es magnética. Pero el norte me ingresó por las venas: mi abuelo tocaba quena en los bailes promesantes y me crié con el tam tam de los bombos. Mi hermano mayor, que falleció pequeño, fue sepultado con su traje de piel roja, plumas y hacha guerrera. Por todo lo expresado el folklore es básico para mí. Es un hecho de cultura que navega en los sentimientos, y proyectar ese amor en la gente joven ha sido un placer en mi vida.
¿Cuál es el espacio de la región que más te gusta?
- Soy un hombre nacido y criado en el desierto, en el mar y la precordillera. Me gustan los cerros y las piedras. Por esto último se puede entender que me gusten las rocas del mar. No soporto las playas de pura arena, son aburridas. Como antes buceaba, me gusta la vida del mar, y esta se encuentra más que nada en las rocas. También de joven navegaba en veleros tipo lightning.
¿Qué crees que caracteriza a los nortinos?
- Entendamos como "nortinos" a los mestizos resultantes del mundo indígena, de los enganchados traídos del sur, los extranjeros en búsqueda de mejores horizontes y las correspondientes huestes de fuerzas de orden, militares y eclesiásticas que, en pos de una economía, "inventaron" las ciudades y campamentos de la primera y segunda regiones.
Si atendemos a Sabella, todo lo mencionado produjo un movimiento obrero y proletario, cuyas características se podrán definir como hombres trabajadores, duros, firmes, huraños, rebeldes con causa. Creo que, pese a las tecnologías invasivas como la televisión, la computación y las redes de internet, esas características aún nos pueden salvar de la anomía general que produce la modernidad.