TENS: los costos físicos y mentales de trabajar "cara a cara" contra el covid
SALUD. Paramédicos de Antofagasta y Calama cuentan sus experiencias tras 10 meses de pandemia y en medio del nuevo peak de casos activos que experimenta la región.
El término TENS ha sido mencionado numerosas veces en estos últimos meses como parte de la primera línea de los funcionarios de salud, pero no hay mucha claridad sobre el alcance total de los deberes que cumplen estos profesionales.
La sigla equivale al cargo de Técnicos en Enfermería de Nivel Superior. Funcionarios que deben encargarse de la atención más inmediata proporcionada a los pacientes que manifiesten síntomas de Covid-19.
Uno de ellos es Danilo Gómez, Técnico Paramédico del Hospital Regional de Antofagasta, quien explica en qué consisten sus funciones: "Somos uno de los pilares dentro del equipo de trabajo. Nosotros tenemos la misión de cuidar al paciente, darle el confort necesario, administrarle los medicamentos y estar atento a que necesite algo".
En el mismo recinto, dentro de la Unidad de Salud Personal, trabaja Pía Álvarez. Ella menciona que la labor también incluye "proporcionar tratamientos y realizar la rotación diaria y el baño diario a los internados, además de las funciones extras que uno va adquiriendo, dependiendo del tiempo que uno tenga trabajando".
Trabajo en equipo
Un aspecto clave en la labor de los TENS es la manera en la cual se ponen al servicio de los demás profesionales con los que trabajan. Además de la presencia constante para las necesidades de los contagiados, deben colaborar con el accionar de enfermeros, doctores y ambulancias.
Vilma Ferrer, quien trabaja como Técnico en Enfermería del Servicio de Urgencias del Hospital Carlos Cisternas en Calama, indica que la cantidad de tareas aumenta en áreas que requieren mayor inmediatez.
"Nosotros somos un apoyo al médico. Ahora, en pandemia, hacemos de todo. Casi muy similar al trabajo de un enfermero: reanimar, poner medicamentos, suturas. Nuestro trabajo en urgencias es más amplio que en los servicios clínicos", índica Ferrer.
Otro paramédico es Rodrigo Astorga, quien ejerce en el Hospital del Cobre, también en Calama. Para él, es clave que los profesionales sean conscientes de que todo procedimiento tenga como base la cooperación entre pares.
"Acá el tipo que no sabe trabajar en equipo no tiene cabida en una pandemia. Uno debe tener el conocimiento práctico y técnico de los que ven la parte respiratoria y trabajar con nutricionistas para que el paciente coma bien y se hidrate apropiadamente. Y a eso se le suma la conexión con la UCI y los paramédicos de otros servicios", específica.
Estrés
El amplio rango de responsabilidades que debe realizar un TENS tiene un impacto profundo en su vida personal. Este se acentúa con la situación actual en la que se encuentra la región, la que ha superado el umbral de los mil casos activos y que tiene al sistema hospitalario al límite de su capacidad operacional.
Danilo Gomez relata la dureza de la situación en el Hospital Regional: "Últimamente no hay técnicos para venir a trabajar al hospital. Eso ha provocado que algunos compañeros lleven trabajando un año o más sin pausa en las unidades críticas y de urgencia. Han debido redoblar turnos ante la falta de personal, y todo ese estrés está comenzando a pasar la cuenta".
Pía Álvarez es una de las trabajadoras que ha visto afectada su vida personal: "Ha sido bien complicado. Voy prácticamente para los dos años sin vacaciones. Entonces, la verdad es que estamos muy agotados y es algo muy desgastante".
En Calama, si bien la situación no es tan crítica como en la capital regional actualmente, ya se han implementado planes de preparación para una potencial nueva alza de contagios. Es el caso del hospital Carlos Cisternas.
"Se han separado las urgencias respiratorias y no respiratorias. Se tienen todas las medidas con nuestros implementos de protección personal, nuestros EPP (Equipos de Protección Personal). Y también hay un poco de temor a lo que vamos a enfrentar, aunque ya sabemos como es el tema", cuenta Vilma Ferrer.
En la perspectiva del Hospital Del Cobre, Rodrigo Astorga cuenta que "nosotros nunca hemos parado. Siempre hemos estado con la educación apropiada y tratando de adquirir nueva infraestructura e inmobiliario. Con la base que hubo el año pasado, ahora nos dio un tiempo para descansar un poco la mente, porque en su tiempo esto fue fatídico".
Pero además de las dificultades logísticas, está el agotamiento emocional. Al ser un trabajo que requiere completa dedicación al paciente, los TENS deben alejarse constantemente de sus familias y verse expuestos a contagios."Nosotros estamos entrando fácilmente cada una o dos horas a ver pacientes. Te preguntan por los familiares, te piden que los salves y ahí es donde se ve la humanidad de uno y donde se demuestra si uno tiene vocación de servicio", dice Astorga.
En el caso de Ferrer, la preocupación se acentúa al tener una hija que comparte su profesión: "Con ella tratamos de darnos ánimo para seguir adelante, porque la vocación es lo que nos inspira. Pero la pasamos muy mal. También por el tema de ver a los pacientes en la condición en que llegaban. Casos que llegan graves con vida y a los pocos minutos no estén".
"Nosotros estamos entrando cada una o dos horas a ver pacientes. Te preguntan por los familiares, te piden que los salves y ahí es donde se ve la humanidad de uno"
Rorigo Astorga, TENS Hospital del Cobre
"Últimamente no hay técnicos para venir a trabajar al hospital. Eso ha provocado que algunos compañeros lleven trabajando un año o más sin pausa"
Danilo Gómez, TENS Hospital Regional