Se nos viene el "14"
El sacudón social ha removido las bases democráticas chilenas y ha generado una retahíla de consecuencias. Hubo que reorientar las inversiones, para recomponer o curar heridas que Chile lamentará por mucho tiempo. Los enormes gastos provocados por esta pandemia, hacen tambalear las desvalidas arcas del erario, destinadas a ayudar a quienes quedaron sin trabajo, sin ingresos, al borde de la inopia.
Pero las crisis, conllevan soluciones. Entonces es cuando tenemos que acomodar la estiba, para asegurar el zarpe de nuestra querida Antofagasta, que este 2021 pone rumbo a la esperanza.
Suspendidos los festejos de fin de año en todo Chile, nuestra ciudad no ha quedado ausente. Y en vez de quemar el dinero lanzando al espacio cascadas de bengalas y otros artilugios, se ha optado por invertir para remediar, reparar o reconstruir. Para apoyar, reconocer o mejorar las condiciones de nuestros hospitales. Para financiar centros de aislamiento, traslados de pacientes graves, adquisición de vacunas a precios de mercado internacional y otros egresos que hacen temblar la cartera del Fisco.
Es entonces que se vislumbra la opción de celebrar este 14 de febrero como lo hacíamos en aquellos años del Chile lejano: con modestia, pero no menos espectacularidad. Tenemos una vieja opción: los "salnatrones".
Ver los cerros antofagastinos iluminados con "salnatrones", nos permitirá vivir esa modestia que nunca debimos perder. La ciudad alumbrada con rojos resplandores, teñido el cielo de tonos escarlata, es un espectáculo visible desde todos los rincones de Antofagasta. ¡Hasta desde Juan López pudimos ver el perfil de la cordillera de la costa!. El cielo, enrojecido con destellos generados por una mezcla que combina un elemento que proviene de las entrañas de nuestra propia pampa: ¡El salitre…!
No está mal retroceder para avanzar con más fuerza. Tampoco es malo desandar el camino errado, para encarar la ruta cierta. Estamos a tiempo. Más aún, si de ahorrar divisas se trata. Y así, recibiremos este 14 de febrero con la misma esperanza, pero con enorme sobriedad, que es lo que nos hace falta.
La solución está a la mano. ¿Qué dicen los ediles? ¿Lo han considerado?