"Soy una mujer aperrada y jugada"
Los recuerdos escolares de Paulina Montserrat González Tello (38) en el Colegio Inglés San José, son de una huella profunda, ya que le permitió desarrollar una vocación de servicio hacia los demás, por medio del trabajo pastoral y de voluntariado.
Paulina luego estudió Servicio Social en la Universidad de Antofagasta y sumó dos posgrados; un Magister en Ciencias Sociales mención Gestión Social de la Universidad de Antofagasta y un Master en Trabajo Social Comunitario, Gestión y Evaluación de Servicios Sociales de la Universidad Complutense de Madrid. Antes trabajó en Un Techo para Chile y ahora es la encargada de Vocación Social de Pastoral UCN.
"Mi familia la componen cuatro personas: mis padres, hermana y mi sobrino pequeño. Hace poco asumí como miembro del Consejo Asesor Regional del Hogar de Cristo, que es una tremenda oportunidad para mí y me tiene muy contenta. Allí hay gente muy valiosa y mis vínculos con el Hogar son por mi cercanía con los jesuitas y mi labor como voluntaria hace varios años".
¿Dónde naciste y que marcó tu infancia?
- Nací en Antofagasta, pero varios años viví mi infancia en Europa. La experiencia de vivir en otros países me marcó de una manera positiva, conocer otra cultura, hacer amigos, siendo parte de países muy distintos y atractivos para mi corta edad. Tener una familia aclanada, cariñosa. Contar con unos padres que siempre te han desafiado y motivan a superarte y a cumplir tus sueños fue importante para ser lo que hoy soy.
¿Cuál es la principal enseñanza que te dejaron tus padres?
- Desafiarse siempre respecto a los sueños que uno persigue, respetar al otro independiente de su posición, ser generosos desde lo que uno es y tiene con sus posibilidades y agradecer todo, no considerándolo necesariamente como algo merecido, sino como algo que nos fue donado desde un acto de generosidad total, para mí que soy creyente, ese acto de generosidad proviene solo de Dios. El ser agradecido te permite estar en paz y con ello gozar de una felicidad que es más profunda y que no es el concepto que se nos han enseñado.
¿Era muy difícil ser hija del destacado profesor José Antonio González?
- A veces (ríe) pero porque siempre el entorno espera que tú seas la réplica de tu padre. Yo con él tengo una relación muy cercana, lo admiro muchísimo como profesional y también en su calidad humana y como papá. El me acompaña y me apoya mucho en mis desafíos profesionales, cree mucho en mí, al igual que mi madre. En eso soy muy afortunada.
También compartimos la buena lectura, discusiones y opiniones de distintos ámbitos, así como la buena música. También hemos escrito artículos juntos y eso sí es una invitación mayor que siempre la he recibido, desde la oportunidad de poder aprender de él, disfrutando de su inmensa generosidad en su saber.
¿Qué te gustaría que los demás supieran de ti?
- Que soy una mujer aperrada y jugada en todo lo que hago y me involucro. Creo en las transformaciones sociales desde la calle y los espacios de diálogo. Soy una mujer muy cariñosa, sensible, perceptiva, intuitiva, muy amiga de sus amigos, que disfruta su presente con su familia y su pololo y que le encanta desafiarse siempre.
Disfruto mucho de la lectura, la poesía y de escribir. Me gusta el ruido y el silencio, me encanta contar con gente valiosa en mi vida y me siento muy en paz con lo que soy y he logrado a punta de mucho esfuerzo y trabajo.
¿Cuál es el espacio de la región que más te gusta?
- Me gusta mucho San Pedro de Atacama, Chiu-Chiu, Toconao. Creo que son paisajes que te invitan a la contemplación, a maravillarse y a la introspección, cuando logras capturar el silencio y la soledad buscada te encuentras.
El desierto siempre invita. Últimamente, estoy redescubriendo el mar, la calma que te entrega y el sentido de lo infinito y lo inacabable me resulta muy atractivo, hoy es un imán para mí. Los antofagastinos somos privilegiados en contar con estas maravillas pero no sé si somos tan conscientes de eso.
¿Qué esperas de este año 2021?
- Que sea un año en donde todo lo que se aprendió el 2020 se ponga en práctica, que podamos gozar de mejor salud y tener acceso a la vacuna del COVID-19, que es lo que más apremia. Que ojalá los espacios comunitarios que se generaron se mantengan y se sostengan como formato de vida permanente. Que el proceso constituyente que asumimos este año, sea beneficioso para todas y todos, que la participación activa sea la gran protagonista y nos podamos sentir interpelados por la nueva carta magna.
Que aparezcan en el escenario público nuevos liderazgos a los que uno pueda acudir, me parece que hay una escasez importante en aquello y resulta fundamental contar con una renovación y planteamiento, considerando los nuevos desafíos que se avecinan, a propósito de la nueva constitución.