Letrero pampino
Recientemente fue inaugurado un parador con las letras de la Oficina Salitrera Victoria, que estaba ubicada a 115 Kms. de Iquique, en la Región de Tarapacá. Funcionó entre los años 1941 y 1979. Fue una de las oficinas más grandes en la época del salitre y más tarde, desmantelada por completo, sólo quedan algunos tamarugos y algarrobos que se niegan a desaparecer en el árido desierto nortino.
Este original letrero formado con letras de fierro se consiguió por el empuje del Centro de Hijos de esta oficina, más el apoyo de la Municipalidad de Pozo Almonte y de la Corporación Museo del Salitre.
Además se instaló una placa de cobre con la siguiente inscripción: A hombres y mujeres que dejaron testimonio de su vida en Oficina Victoria.
"Voltead la cabeza hacia los astros. Allá encima de la noche, la vieja luna del salitre danza, despaciosamente, esperando la mano de un calichero para cruzar las últimas puertas del espacio" (Andrés Sabella ).
Notable y aplaudida iniciativa que se podría replicar en nuestra Región, para así indicar el lugar y el nombre de tantas oficinas cuyas chimeneas se apagaron y dejaron solamente sus "tortas" (acumulación de ripios ) y algunos muros destruidos, que sobresalen en la pampa dormida. Podríamos destacar a Pedro de Valdivia y Chacabuco, verdaderos museos patrimoniales, también otras que muy poco se nombran: Algorta, Concepción, José Francisco Vergara, Francisco Puelma, Alemania, Chile, Flor de Chile, etc. Nuestro saludo y homenaje a todos los pampinos salitreros cuya historia es exclusiva del Norte Grande de nuestro país.
Ejemplos de vida y trabajo que deben estar presente en las nuevas y futuras generaciones.
Juan Carmona Cadima
Ahorro o impuestos
Alegría y alborozo han provocado los dos retiros de ahorros previsionales autorizados por el Congreso y el Gobierno. Esta mayor disponibilidad de recursos posibilitó recuperar en parte el alicaído gasto en consumo.
Estos dineros han sido de gran alivio para enfrentar dificultades y aprietos provocados por la caída de ingresos que originó la pandemia, aunque algunos beneficiados gastaron también en la compra de bienes más superfluos.
Lamentablemente, se estima que casi 4 millones de cotizantes del sistema quedarán con saldo cero en sus cuentas de ahorro previsional, poniendo en entredicho la certeza de una jubilación oportuna y razonable. Si desaparece el ahorro para la jubilación, la única alternativa que subsiste es que el Estado financie las pensiones mediante un aumento significativo en los impuestos (IVA y otros), lo que afectará a la clase media.
El funcionamiento efectivo de la economía social de mercado no provee otra opción válida: o se ahorra o deberemos pagar más impuestos. Si se quiere remediar de verdad los agobiantes problemas sociales, la complejidad del camino exige apoyar las soluciones en el conocimiento científico y abandonar el simplismo y la construcción de falsas ilusiones.
Jaime Salazar Rojas
Reflexión
Los fenómenos de cualquier tipo tienen luces y sombras. En ocasiones su resplandor es tal que las sombras poco se aprecian, aunque están, y paulatinamente se presentan en el tiempo. El desarrollo técnico en todos sus ámbitos, el acceso a bienes y consumo y la modernidad tienen un brillo tal que los ciudadanos celebran, no sin razón, con brincos y cantos.
Nicanor Parra diría "yo soy el individuo" (1954), como una letanía constante para cada salto de progreso humano y social. Pero este soliloquio no es de júbilo, es el clamor del antipoeta que narra la sombra que se extiende sigilosa y secretamente sobre el individuo a medida que se eleva aquel resplandor de progreso: "Primero viví en una roca… busqué un lugar más apropiado… me aburrí de las cosas que hacía… debería producir… mejor tal vez que vuelva a ese valle, a esa roca que me sirvió de hogar… la vida no tiene sentido".
Nuestras actuales formas de vida (éxito, consumo, prestigio, explotación, poder, individualismo, etc.), paradójicamente son sombras que con su brillo nos enceguecen.
Estamos ensombreciendo nuestra vida, al individuo, al ser humano, para dejarlo en soledad y sin sentido (el último hombre, diría Nietzsche). Los creyentes que miramos el pesebre en estos días celebramos en intimidad y humildad el nacimiento de un niño, débil y santo, y así como Parra volvemos al valle de agua fresca, a nuestra roca (Jesús), que es nuestro hogar firme, donde la vida tiene su origen y sentido, el Dios con nosotros. Porque no nos viene el brillo que nos enceguece y oculta nuestras sombras, sino que es la luz que viene, justamente, a iluminarlas.
Presbítero Alejandro González H.