El año de la valentía
El ejercicio que se cierra será recordado por el coronavirus, pero también debemos aquilatar el valor y entrega de quienes le hicieron frente y ayudaron a tantos. Para Chile, el ejercicio cerrará con más de 600 mil enfermos y casi 16.500 fallecidos. Para la región, tendremos poco más de 23.500 contagiados y casi 600 víctimas fatales. Eso no puede olvidarse.
Este año fue definitivamente el más complejo en décadas y tendrá asociados una serie de conceptos que pocos querrán recordar: covid, muerte, enfermedad, encierro, mascarillas, toque de queda, temor, incertidumbre y restricciones generales.
No ha sido una experiencia fácil ni tampoco inédita, aunque distinta respecto de otras pandemias ocurridas en la historia. Por lo pronto, es la primera a gran escala que enfrenta el mundo globalizado. La gripe española, ocurrida hace un siglo, demoró años en extenderse por parte del planeta, la cepa del coronavirus, demoró apenas semanas en llegar a todos los rincones del globo.
En menos de seis meses, no había país que no estuviera afectado por este virus identificado en la ciudad china de Wuhan. Fuimos pequeños por este recordatorio de que somos una parte del sistema, no los soberanos que pueden hacer todo lo que les plazca.
Debe repetirse: han sido semanas complicadas, con víctimas fatales, con personas que perdieron su empleo, que vivieron el miedo y todavía no encuentran una solución definitiva.
Pero con el tiempo tomarán valor otros relatos ocurridos este mismo año. Por ejemplo, la de los investigadores y científicos que trabajan por encontrar una vacuna, la del personal médico que ha salvado vidas, trabajando incansablemente; la de distintos profesionales y trabajadores que siguieron desempeñando faenas básicas que permitieron que la vida continuara, pese a tantas complicaciones; los profesores que siguieron educando, los policías que continuaron con sus tareas; la de aquellos que se sobrepusieron a las adversidades y miraron a los costados para ayudar a otros afligidos, desamparados o dteriorados por una situación económica adversa.
Personas de gran humanidad, con sensibilidad, resiliencia y carácter, que no pueden ser olvidadas. Allí donde hubo dudas, aparecieron algunos trayendo respuestas; donde hubo pena, más de alguien llevó afecto; donde hubo enfermedad, apareció la esperanza de la medicina: eso es el ser humano.
Este fue un año marcado por un virus invisible, pero mucho más por la fortaleza enorme de mujeres y hombres que siguieron adelante, sobreponiéndose a todo; una expresión de lo mejor de nosotros.