José Luis Ramírez M.
Esta semana el Congreso despachó después de ocho años de trámite, la nueva Ley de Migración, que de esta manera quedó lista para ser promulgada, a menos que prospere una reserva de constitucionalidad de parlamentarios del Frente Amplio.
La norma, explica el jefe del Departamento de Extranjería del Ministerio del Interior, Álvaro Bellolio, da un giro completo a la política que el país tenía en esta materia, pues pone fin a lo que denomina el principio del "entra nomás y después arreglamos", el cual asegura, "dejó en Chile a miles de extranjeros irregulares".
Ahora, por ejemplo, quienes quieran una residencia deberán pedir sus visas en los consultados de Chile en el extranjero y ya no se tolerará el paso de la categoría turista a residente estando dentro del país.
Bellolio asegura que se trata de "ordenar la casa" y dar un mensaje al vecindario. "Si vas a venir a la mala, como turista si tu intención no es ser turista. Si quieres entrar clandestino, entonces no eres bienvenido en Chile", resume.
¿Qué aspectos se mejoran o corrigen con esta ley?
- Hay cuatro puntos fundamentales. Uno es la creación de un Servicio Nacional de Migraciones, con sus direcciones regionales, que deberá proponer una política migratoria integral. El segundo es que la nueva ley busca que los extranjeros sinceren las razones por las cuales vienen al país. Es decir, el que viene como turista, entra y sale como turista, pero el que tiene intenciones de residencia, tiene que pedir su permiso en el consulado.
El tercero es que establece un catálogo bien definido de derechos y deberes que el inmigrante debe asumir por haber escogido nuestro país para vivir y el cuarto tiene que ver con la no criminalización del ingreso clandestino, lo que efectivamente facilita la expulsión administrativa.
"ordenar"
¿Esta ley favorece o dificulta la migración en definitiva?
- Lo que hace es que ordena. Sincera las razones por las cuales los extranjeros vienen a Chile y entrega mayor respeto a sus derechos, porque tienen más clara la película. Y también permite al gobierno saber quiénes están postulando a las visas y generar incentivos para el desarrollo regional. En el fondo permite terminar con este sistema en que cualquiera entra como turista cuando quiere y luego se queda.
¿Qué relevancia otorga el Estado a la migración con esta ley?
- Uno de los principios fundamentales de esta administración fue hacerse cargo de una ley migratoria porque había una indolencia brutal en la administración anterior. O sea, la cantidad de ciudadanos haitianos que entró como turista, incluso muchos de ellos engañados, y terminaban en las esquinas vendiendo galletas bañadas en chocolate sin cédula de identidad era increíble.
Para este gobierno es muy relevante el concepto de ordenar la casa, y ordenar la casa tiene que ver con regularizar a los que están acá, pero también con que los flujos futuros sean graduales y definidos por el gobierno de turno. Yo no tengo ninguna duda que el Frente Amplio está por una migración sin restricciones y es legítimo, pero para la actual administración ordenar este tema, establecer que existan oportunidades y preocuparse por las realidades locales es fundamental. Uno no puede dejar la puerta completamente abierta entendiendo lo que ocurre en materia de empleo, salud y necesidades, en especial en el norte.
¿Qué herramientas se reserva el país para abrir un poco más o un poco menos esa puerta?
- Esa fue una de las grandes discusiones que tuvimos, lo que planteaba el Frente Amplio era que el Estado de Chile tenía que recibir a todos los inmigrantes que llegaban y que no debería tener ningún rol en el control de fronteras. En cambio, la ley que se aprobó establece que un extranjero que quiere venir como residente a Chile necesita pedir una visa consular y para eso hay trece categorías. Eso te permite manejar o entregar información a esos extranjeros sobre cuáles son las opciones, es decir, ya no es que las personas vienen como turista a probar suerte, sino que es el gobierno el que hace una propuesta a los extranjeros, respetando principios básicos como la reunificación familiar o los casos humanitarios, que son la minoría (...) Un gobierno puede decir yo quiero que vengan profesionales de la salud o de la formación digital, o ni siquiera profesionales, gente que venga a ayudar a distintas áreas. Permite mucho mayor control.
¿Qué se ha pensado para las personas que ya están en Chile como irregulares?
- Hay dos grupos. Los que están irregulares porque se les venció la visa, pero entraron por pasos habilitados, es decir, se presentaron ante la autoridad fronteriza, tuvieron su documentación inicial y entraron a Chile antes del 18 de marzo, que fue cuando se cerraron las fronteras, podrán pedir una visa y no tendrán que pagar multa, porque la idea es darle una mano a las personas que trataron de hacer las cosas bien, pero las circunstancias no lo permitieron. Los otros son los extranjeros que entraron clandestinos. A ellos por un plazo de seis meses se les permitirá salir del país para que vayan a pedir su visa a cualquier consulado chileno en el exterior y después tendrán que volver a entrar a Chile con visa y rut.
Lo que debe quedar claro es que nosotros no vamos a permitir que quienes cometieron un delito al ingresar clandestinamente a Chile, regularicen su situación en el país.
¿Tiene alguna idea de cuántas personas pueden estar en esa última condición?
- Son 18 mil, 10 mil que ingresaron clandestinos este año y 8 mil que entraron clandestinos el año pasado.
Migración
El Departamento de Extranjería del Ministerio del Interior estima que 1.492.522 ciudadanos extranjeros viven hoy en nuestro país, lo que representa alrededor del 8% de la población nacional.
La Región de Antofagasta es una de las que más atrae inmigración. En los últimos quince años más de 63 mil personas se han establecido en la zona, principalmente adultos jóvenes, en su mayoría mujeres, que buscan empleo.
La pandemia, sin embargo, afectó los flujos formales, haciendo decrecer las cifras, pero no necesariamente el interés, según advierte Bellolio.
¿La pandemia como fenómeno global qué efecto tendrá?
- La pandemia congeló o disminuyó fuertemente los flujos, pero también una de las consecuencias de la pandemia es un desempleo importante en los países vecinos. La gran mayoría de los ciudadanos venezolanos que entran a Chile clandestinos llevaban uno o dos años viviendo en Ecuador, Perú o Bolivia, es decir, ellos no venían saliendo de Venezuela, sino que querían buscar trabajo y no les fue bien en esos países. Por eso digo que la pandemia generó una especie de congelamiento, y tener un marco regulatorio una vez que esté la vacuna y se reabran las fronteras, será muy relevante.
¿Por qué?
- Sabemos que efectivamente hay interés de muchos migrantes, no solo venezolanos, también de personas que están en Argentina, Perú, Bolivia que tienen intenciones de venir a Chile, entonces si tú permites lo que permite la ley actual, es decir, que la gente entre como turista, vas a tener consecuencias muy graves.
¿Qué tan extraordinarios pueden ser esos flujos?
- Hay mucho interés, pero ese interés también tiene que ver con las señales que se entreguen. Si efectivamente da lo mismo cómo entren o les decimos, como quería el Frente Amplio, que desde el día uno les vamos a dar subsidio de vivienda o bono marzo, obvio que vamos a tener una presión gigantesca, pero si tienen claro que hay una nueva ley que les pide visa consular y no les va a dar visa si entran como turista, y que tienen que tener cierto arraigo antes de tener beneficios sociales, como vivienda, ya no habrá tanta.
¿Cuál es el mensaje de Chile con esta ley entonces?
- El mensaje es: si tú quieres venir a Chile hagamos el proceso ordenado, hazlo bien pide tu visa, entra con carnet de identidad, siempre debes estar regular, eso te va a ayudar a ti, al país, va facilitar la definición de política pública. Pero si vas a venir a la mala, como turista si tu intención no es ser turista, si quieres entrar clandestino, entonces no eres bienvenido en Chile y se van a tomar medidas. Porque Chile no puede hacerse cargo de todos los migrantes vulnerables del mundo, no existe esa capacidad, también debe haber una responsabilidad en eso.