Juan López, seis
Cuando se habían ocupado más de tres meses en las exploraciones de cateo de Juan López y estaban ya agotados los fondos que serían necesarios para continuar los trabajos. La existencia de guano rojo, aunque de mala calidad el que descubrieran, inducía a López y a su socio don Matías Torres a creer que podían existir depósitos de guano de la misma especie y mejor calidad más al interior de las primeras covaderas. Pero... "Torres, que era el único que algo poseía, había ya invertido casi todo su capital". Con el fin de obtener los fondos requeridos, determinaron vender un cargamento del poco guano blanco que tenían acopiado en diversas partes de la costa, y del rojo depositado en las covaderas del noreste de Mejillones. Torres se encargó de tramitar esa venta.
"Sin pérdida de tiempo pasó Torres a Cobija y se presentó (9 de abril) al Cónsul de Chile en dicho puerto, pidiéndole la autorización y licencias necesarias a la Sociedad para extender las exploraciones en Mejillones y para exportar el guano colorado allí descubierto y el que después descubriesen. El Cónsul no otorgó desde luego la autorización ni licencia requerida, pero elevó en consulta al Supremo Gobierno para los fines del caso.
"Más tarde (9 de octubre), dicho funcionario extendió un certificado solemne, escrito y firmado de su puño y refrendado con el sello del Consulado, en dicho documento declaró que el Supremo Gobierno había concedido a don Matías Torres la "licencia requerida", lo que se le había comunicado por el Ministerio de Relaciones Exteriores con fecha 24 de mayo.
"Evacuada esta diligencia, pasó Torres a Valparaíso a ofrecer en venta el mencionado cargamento, lo que no pudo conseguir a causa de la oposición de los señores ALSOP Y CIA. que, como consignatarios de don Pedro López Gama, empresario exclusivo de los guanos de Bolivia, alegaban pertenecer a su consignado el guano ofrecido por la sociedad de Juan López y Matías Torres, en razón de que Mejillones era, según ellos, parte del territorio de dicha República. Tal consta de la carta que en esos días dirigieron a los señores WILLIAMSON DUNCAN Y CIA.
Oscar Bermúdez Miral, Orígenes Históricos de Antofagasta