Primarias sin votantes
La compleja crisis que sortean ante el descontento social los partidos políticos de todas las corrientes, deberían ser motivo y razón suficiente para abrirse a competir con personeros independientes o, en su defecto, llevarlos en sus listas. De caso contrario, estaremos frente a una próxima elección de autoridades sin respaldo ciudadano, lo que podría tener como consecuencia la ingobernabilidad de la ciudad y región a causa de la tozudez mezquindad de la clase política que con un estallido social y un aplastante "apruebo" siguen sin entender nada y sin escuchar a la ciudadanía.
Andrés López
Correr el cerco
El afán de "correr el cerco" postulado por diversas figuras políticas para conseguir que la Convención Constitucional funcione como Asamblea Constituyente, sumado a la violencia ejercida como método de acción política, solo conducen al quiebre de la democracia, a la decadencia económica y a la pérdida de la posibilidad de Chile de ser un país desarrollado. Este peligro fue una de las razones, entre otras, por las que numerosas personas votaron Rechazo en el plebiscito del 25 de octubre.
Quienes así votaron lo hicieron porque percibieron con claridad la realidad -libre de espejismos y de vanas ilusiones- y vieron el gravísimo peligro que acarrea el proceso constituyente en curso.
El peligro más grave es que si dos tercios de los Convencionales Constituyentes pertenecieren a sectores de izquierda, podrían proponer a la ciudadanía, para que apruebe o rechace la propuesta, un texto de Nueva Constitución que sustituya la actual institucionalidad que nos rige -que establece las bases de una sociedad libre- por otra socialista, colectivista, igualitarista y estatista; la que lleva en sí el germen del totalitarismo.
En tal caso: ¿qué ocurriría si en el plebiscito ratificatorio o de salida se impusiere la opción Rechazo?; las fuerzas políticas que amparan la violencia e, incluso, muestran disposición de levantarse en armas contra el Estado democrático, ¿aceptarán pacíficamente el veredicto ciudadano?
Ojalá que en algunos años más no tengamos que decir: "en realidad, el Rechazo era la mejor opción".
Adolfo Paúl Latorre
Educación cívica
Hasta el año 1997, se impartió en los diferentes establecimientos educacionales del país el ramo "Educación Cívica", una de las observaciones es que se incluirían estos conceptos como objetivos de otros ramos, ante esta lamentable situación creo que la maratónica jornada de elecciones que deberá enfrentar la ciudadanía en los próximos meses, resulta preocupante la poca formación en conceptos tan relevantes para nuestros país, si bien la democracia y participación popular en relevante al momento de tomar decisiones y elección de sus representantes, la participación política no es solamente ser militante de una organización política, es también participar en las organizaciones sociales y en las juntas de vecinos.
La Ley 20.911, busca revivir la conciencia cívica, con un ramo denominado "Formación Ciudadana", ramo que debía estar implementado el año 2019 y en estos días no hemos podido ver en que está.
Espero que este proceso constituyente pueda instalar esta preocupación y modere las expectativas generadas por la Constitución, y quede claro que la redacción de una nueva Constitución de la República, no es el lugar para escribir políticas publicas.
Gonzalo Valdés Lufi
Plebiscito
La noche del 25 de octubre fue el triunfo final de una batalla cultural que hace rato la izquierda chilena había ganado en las aulas, en los teatros y en los medios de comunicación. Triunfaron las tesis de intelectuales como Tomás Moulian, Manuel Antonio Garretón o Fernando Atria, por nombrar a algunos. Estas ideas no siempre gozaron de la representatividad que tienen ahora.
Desde la vereda contraria, Irving Kristol decía que las ideas son absolutamente importantes, en cuanto las masivas y aparentemente sólidas instituciones de la sociedad «están siempre a merced de las ideas en las cabezas de la gente que pueblas estas instituciones. La influencia de las ideas es tan grande que un mínimo cambio en el clima intelectual puede transformar -quizás lentamente, pero de manera inexorable- una institución conocida en algo irreconocible» ("Utopismo, antiguo y moderno", Estudios Públicos 33, p. 358).
Es de esperar, que los recientes hechos terminen de persuadir a aquellos que seguían escépticos ante la inexorable máxima con la cual Richard Weaver tituló su libro más célebre: "Las ideas tienen consecuencias".
Juan L. Lagos