"Soy de la generación de Jacques Cousteau"
IDENTIDAD. Alberto Rivera Olmedo, biólogo marino.
Alberto Rivera Olmedo se define, ante todo, como mejillonino, aunque a lo largo de sus 54 años de existencia, ha vivido y estudiado en distintas ciudades de la región y del norte.
Rivera, en efecto, nació en Mejillones, pero estudió su enseñanza básica en la Escuela América de Chuquicamata, la media en el Instituto Obispo Silva Lezaeta de Calama y el San José de Antofagasta, y se formó como biólogo marino y licenciado en Ciencias del Mar, en la Universidad Católica del Norte, sede Coquimbo.
Quizás lo único que se compara con su amor por Mejillones es su cariño por la naturaleza, que lo llevó a formar en los años 90 la primera ONG ambientalista de esa comuna, la que se oponía al uso de petcoke en las termoeléctricas.
Actualmente, y tras un paso por la exConama y el Consejo Regional (Core), funda y asume como director ejecutivo de la Fundación Gaviotín Chico, dedicada a la conservación de esta pequeña y frágil ave en peligro de extinción.
Además es director de la Segunda Compañía de Bomberos de Mejillones, Bomba Ferrocarril.
¿Cuál es el mejor recuerdo de tu infancia en Mejillones?
- Soy de familia Mejillonina, abuelos y padres. Mis primeros pasos fueron en el campamento de la empresa de FCAB (Ferrocarril Antofagasta Bolivia), y cuando tenía dos años, por mejores perspectivas laborales, mis padres se radicaron en el mineral de Chuquicamata. Mis dos hermanos, Juanita y Eleazar son chuquicamatinos, pero todas las vacaciones de verano las pasábamos en Mejillones, así que los mejores recuerdos son en el campamento de Fertilizantes con tíos y primos, y en el pueblo. Pero si tuviera que elegir el mejor recuerdo en Mejillones sería "los helados de Milla".
¿Cómo te comienzas a interesar por los temas de conservación?
- Casi al término de mi enseñanza media decidí estudiar biología marina en la UCN Coquimbo, básicamente porque soy de la generación de Jacques Cousteau, y sus documentales me fascinaban, nunca me perdí uno. Mi interés por la conservación comenzó cuando volví a radicarme a Mejillones, en la década del 90, por temas ambientales, con un grupo de amigos que nos oponíamos al uso del "petcoke" en una termoeléctrica, nos organizamos, y formamos la primera ONG ambiental de Mejillones, ADEMAM (Agrupación de Defensa del Medio Ambiente de Mejillones).
¿Cómo ha sido tu experiencia en esta área, qué convencimientos has alcanzado?
- Muy satisfactorio desde todo punto de vista, personal, laboral y profesional, es un desafío permanente, y estoy convencido que "para proteger tenemos primero que conocer", y eso es básico en conservación.
¿Cuál ha sido la mayor felicidad y la mayor tristeza de tu vida?
- La mayor tristeza sin duda el fallecimiento de mi padre, la mayor felicidad mis dos hijos, que son mi mayor orgullo. Pero también ocupa un lugar muy especial en mí, que en el año 2014 me distinguieran con el "Ostión de Oro", al nombrarme Hijo Ilustre de Mejillones. Eso quedó grabado en mi corazón, en especial por las más de 700 firmas que apoyaron esa solicitud, y por supuesto por el apoyo del Concejo Municipal de la época que aprobó tal distinción, es un honor.
¿Qué valores deseas inculcar en tus hijos o seres queridos?
- Son muchos, pero quizás los más importantes para mí son: amor, solidaridad, responsabilidad, tolerancia, humildad, equidad, respeto y justicia.
¿A quién o quiénes admiras, por qué?
- Mis padres, Irma Olmedo Núñez y Alberto Rivera Vergara. Todo lo que soy es gracias a ellos, a los valores y principios que me inculcaron, por darme la mejor educación posible, y muy especialmente por darnos una infancia feliz.
¿Qué visión tienes de los desafíos que enfrenta nuestro país?
- Soy de la generación de "La alegría ya viene". En aquella histórica votación del 88, para el "Plebiscito del Sí o No", yo creí en esa alegría, viví esa alegría, había esperanza, fue una campaña del "Sí" del terror, y siento que no hubo mucha diferencia con la del Rechazo de ahora para el plebiscito. Pero a pesar que esa "alegría" se fue diluyendo en el tiempo hasta desaparecer, hoy la juventud nos devuelve la esperanza. El camino será muy largo, los poderes fácticos y políticos seguirán actuando y operando, pero es un nuevo comienzo, una esperanza, una nueva alegría.
¿Cuáles son tus metas en la vida?
- Hoy, considerando todo lo que estamos viviendo en nuestro país a causa de esta pandemia, los temores, el distanciamiento social, el no poder abrazar a tus seres queridos, el no poder acompañar como debe ser a los que han partido, mi meta en la vida es ser feliz y vivir intensamente cada momento.