Combustible para el Corredor Bioceánico
"Quizás un interés y esfuerzo regional pudieran lograr que Antofagasta sea también productora de hidrógeno verde". Herman Cortés C., Periodista
El Corredor Bioceánico que llegará a nuestros puertos, desde el centro oeste sudamericano, sigue avanzando de acuerdo a lo dispuesto por los Gobiernos Nacionales de Brasil, Paraguay, Argentina y Chile en la "Declaración de Asunción", de diciembre de 2015. Esto es, no sólo en la construcción de la infraestructura faltante -menos de un cuarto del recorrido total- sino también en los acuerdos operativos y en la institucionalidad que coordina estas acciones. Incluso ya hay interés en anticipar el combustible para los camiones que vendrán de Brasil, Paraguay y Argentina trayendo exportaciones para el Asia Pacífico y que regresarán desde nuestros puertos llevando las importaciones que esas regiones harán desde los mercados del océano Pacífico, a través de los puertos del norte de Chile.
El avance físico de este Corredor Vial no se detuvo por la pandemia, especialmente en el tramo que atraviesa la aún inexplotada zona del Chaco Paraguayo. Además, Brasil y Paraguay acordaron el financiamiento para la construcción del puente que cruzará el Río Paraguay, desde Puerto Murtinho -frontera brasileña- hasta Carmelo Peralta, puesto fronterizo paraguayo. La terminación de esas obras permitirá unir a estos cuatro países por la nueva ruta, facilitando los intercambios internos y el comercio internacional con mercados de ultramar, en unos tres años más.
Hay tanta certeza de este funcionamiento e interés en el Corredor, especialmente en Brasil, que ya interesa usar, como combustible para los camiones, la eventual disponibilidad del "hidrógeno solar" que se producirá en Chile y -se espera- particularmente en el Desierto de Atacama. Este proyecto, creado en Antofagasta, fue presentado inicialmente el año 2006 ante el Gobierno Regional. Desde Santiago preguntaron "qué es eso", recuerda César Castillo Lilayú, ex Intendente 1994-2000, uno de los impulsores de esta iniciativa. Por ese poco interés, el proyecto se empantanó y no se volvió a reponer. Hasta que el 2018 en Corfo lo retomaron, nuevamente empujado desde Antofagasta. Pero ahora ya lo tomó Santiago y se le llama "hidrógeno verde", porque la separación del hidrógeno del oxígeno en el agua requiere mucha energía eléctrica, que -en nuestro caso- proviene de la energía solar y de la eólica, por lo que será un combustible limpio, no contaminante. Convertido ahora en un proyecto nacional, hace poco el Ministerio de Bienes Nacionales firmó un convenio con el Ministerio de Energía para destinar casi 12.000 hectáreas para esta nueva industria en Atacama, por lo que aunque Antofagasta forma parte del Desierto de Atacama parece que no será favorecida con este acuerdo… aunque haya sido aquí de donde surgió la iniciativa. Quizás un interés y esfuerzo regional pudieran lograr que Antofagasta sea también productora de "hidrógeno verde", gracias a nuestra energía solar y ubicación geográfica, que facilitará su exportación.