"Se necesita un royalty para financiar obras"
IDENTIDAD. El multifacético Daniel Ramírez, apunta a contar con recursos para el desarrollo de Calama.
Daniel Ramírez Arqueros, es un verdadero multifacético que ha explorado en diversas áreas del arte y del servicio a la comunidad. Reconoce sus pasos por la antigua UTE de Antofagasta, donde estudió dibujo técnico, pero también sus clases de teatro con Pedro de La Barra y su incursión en el ballet donde participó de varias obras. Pero no se quedó sólo en ello, fue un activo gestor de actividades culturales en el Liceo Industrial, del que fue jefe de Extensión, Comunicación y Cultura.
Tras el golpe de Estado, dejó el cargo y se mantuvo con sus clases de dibujo técnico y en 1976 ingresó a trabajar a Codelco, y fue dirigente del Sindicato Uno entre 1986-88. Ya en esos momentos era un conocido militante del Partido Socialista, lo que le permitió postularse a concejal de Calama y salir electo y reelecto éntrelos los años 1992 y 2000.
Tras esto vino su jubilación y dedicarle más tiempo a la literatura de Calama con la edición de una veintena de libros y entregarse a su otra pasión que es viajar y que le ha permitido conocer diversos países en los cuatro continentes.
-¿Tiene buenos recuerdos de su infancia?
Sí mi niñez fue muy linda. Nos criamos en el campamento de la antigua empresa de explosivos Dupont (actual Enaex). Nuestros padres tenían sus casas, y en el campamento contábamos con escuela, almacenes, pulperías y un cine teatro donde participé de mis primeras obras.
-¿Contaban con todo para desarrollar sus vidas?
Sí, nosotros hacíamos nuestras vidas allí, porque no teníamos para que salir del lugar.
-¿No hacían paseos al río (Loa)?
No, no podíamos. No teníamos acceso al río, estaba prohibido. Ya adolescente armábamos una pandilla y nos íbamos al río. Teníamos que atravesar una parte de la finca Núñez y llegábamos a divertirnos, pero si nos veían nos dispersaban antes de llegar al río.
-¿Tampoco iban a Calama?
No, existía locomoción que salía en la mañana y regresaban a media tarde. Por lo general eran nuestras madres las que iban a realizar compras específicas.
-¿Qué recuerda de sus padres?
Mi padre fue estricto y en ocasiones castigador, pero que me inculcó muchos principios. Recuerdo que una ocasión me encontré una ficha de dominó en el sector donde se instalaban las fondas. Me la llevé a casa y mi papá me dijo que eso no me pertenecía y tuve que volver al sector y entregarla. Lo mismo que una vez un tío me dio una moneda y mi papá también me la hizo devolver. "Yo estoy para eso si es necesario", me dijo. El tomarle el valor a las cosas y no tomar lo que no es mío y otras muchas enseñanzas de mi padre se mantienen siempre.
-Y su vida de estudiante en Antofagasta.
Sí, me fui a estudiar dibujo técnico y también estuve en Teatro y el ballet de Cámara de la Universidad de Antofagasta. Fui compañero de baile de Tatiana Cruz en la obra los Tangos de Piazzola. Y en el teatro participé de distintas obras incluso fui extra cuando se filmó la película "Caliche sangriento" de Helvio Soto en el año 1969.
-Tras ello vino su regreso a Calama al Liceo Tecnológico y después en Chuquicamata. ¿Qué recuerda de su labor sindical?
Tengo en mi memoria el episodio del que llamaron el desfalco en el Sindicato Dos, cuando se gastó un millón de dólares en la adquisición de un banco en Paraguay que fue un fracaso. Allí en mi labor de dirigente del Partido Socialista me correspondió sancionar a nuestros militantes involucrados. Lo que no fue bien recibido por todos.
-¿Algo similar en su paso en la política en el Concejo Municipal?
También, porque junto al concejal Urdangarín detectamos algunas irregularidades en una licitación y enviamos los antecedentes a Contraloría. Este organismo encontró lo mismo y se inició una investigación que involucró otras licitaciones las que finalmente le costaron el cargo al ese entonces alcalde Edwin Rowe. A mí me insultaron, me rayaron la casa, incluso compañeros de trabajo me escupieron. Fue difícil pero había que denunciar y no hay que olvidar que hubo un ministro en visita investigando el caso debido a su magnitud.
-¿Cómo le gustaría ver a Calama en el futuro?
Calama necesita un royalty para promover obras de progreso. No hablo de recuperar el 5% del cobre, hablo de un royalty y directo para que se destine al crecimiento de la ciudad.
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¿Qué le falta a Calama?
Tiene que ser una ciudad más amigable. Se tiene que invertir en parques y paseos, áreas verdes y una campaña de arborización. Si esto no mejora no podrá tener una mejor calidad de vida. En paralelo hay que combatir la contaminación, porque estoy convencido que las muertes durante esta pandemia están asociadas a la contaminación, entonces se tiene que invertir en esas mejoras.
-¿Una tarea urgente?
Exacto. Yo aún siento el descontento de la gente, yo estuve en el movimiento ciudadano y sacamos a 15 mil personas a marchar y siento que si no hay buenas señales una vez concluida la pandemia pueden venir otras movilizaciones.