A propósito de "En una nave…"
"En una nave comandada por Enrique unos pocos hombres abandonamos la tierra" (Cinosargo 2013) opera como un collage en que se sucede lo coloquial con lo técnico y cronístico, fragmentos históricos, caudillos y dictadores reales colisionan con estridentes mesías y personajes de ficción que toman como base el diario transitar argentino, y por qué no, latinoamericano.
Sátira de lo cotidiano, en que el estado aparece como un aparato trunco en el cual impera la cháchara, una retórica de juglares, ampulosa y con actos declarativos tan grandilocuentes como inútiles, los diálogos e imágenes recuerdan por momentos el genio de Kubrick en Dr. Strangelove y aunque a simple vista podrían parecer una caricatura o espejo deforme del mundo, en esa paradoja entre lo real y especulativo, radica el giro y la grandeza de Arens y su poética sci-fi capaz de bombardear las barreras entre lo ridículo y desfachatado de nuestro actuar y lo que se considera fantasioso e imposible.
El absurdo y el humor son las armas del autor para desnudar lo ficcional de los discursos que nos gobiernan, mientras que hilvana la irrealidad encarnada en el avatar fisicoculturista que es Enrique y su moderna Arca de Noe interespacial, a esta figura hay que sumar la guerra atómica como una proyección apocalíptica del miedo que legó la guerra fría y no pasar por alto la fascinación infantil por la era espacial.
Este tipo de cruces y enredos entre realidad y ficción son a fin de cuentas muestras de la literatura de avanzada que Arens trabaja y que termina por concretarse en las expectativas del lector como una radiografía, el anverso iluminador y desconcertante de lo que hemos sido y seremos como especie.
La temprana reedición de En una nave… por parte de Cinosargo en Chile, luego de su exitosa edición argentina vía Vox Ediciones el 2011, demuestra que Germán Arens trasciende las fronteras no sólo de su país sino de los límites del imaginario poético en nuestra lengua.
Daniel Rojas Pachas, escritor