Aries

Amor: Para salir un poco de la rutina, organicen un viaje corto juntos. Podrán reencontrarse y compartir más. Trabajo: Realizas una compra importante para hacerle frente al futuro.

Del 21 de marzo al 19 de abril.

Los griegos instalaron las lecherías. Con el invierno llegan el chocolate y el café con leche caliente. Y los recuerdos de nuestras lecherías que, según cuentan, en Antofagasta escaseaban.

La actividad fue progresando en manos de los inmigrantes griegos que, generalmente, viajaban a buscar el ganado a Argentina y lo traían por arreo cruzando la cordillera. Complementado, con la llegada de ganado en barco y en tren, gracias al ferrocarril Antofagasta Salta que cruzaba el Paso Socompa.

Muy atractivo resulta sintetizar un artículo del libro "Episodios de la Vida Regional" de don Floreal Recabarren:

"Vacas a domicilio".

"…Desde el nacimiento de las ciudades de la región, el consumo de leche se hacía sobre la base de leche fresca…en todas las ciudades existieron establos…La gran mayoría era de propiedad de los griegos: Sclavos, Cholaky, Galiachis, Méndiz y Kútulas en Antofagasta. Karestinos, Kostópulos y Gunaris en Calama. Brontis y Mabrópulos en Tocopilla. En Mejillones estuvieron Tófalos y la empresa Raly y Cía.

Existía la costrumbre, de las madres, darle a sus hijos la famosa leche de "apoyo" que se ingería sin hervir, en plena calle y directo de la vaca… transformádose en un peligro.

Las autoridades municipales, se preocuparon de que la gente consumiera leche libre de contagios... "Ha llegado la oportunidad de terminar con la pésima costumbre de ordeñar las vacas en las calles" (libro de Sesiones No.20 de 1916, pág.21).

Cuando se construyó el Mercado Municipal Modelo, se tomó la precaución de adecuar en el cuasi subterráneo de calle Uribe, un recinto para que los productores (casi todos griegos) trajesen sus animales y vendieran la leche en forma directa al público. Como la mayor parte de los establos estaban ubicados al suroriente de Antofagasta, todos los días, las vacas transitaban desde allí hasta el mercado. Los arrieros a caballo guiaban el rebaño, en medio de la alegría de los niños y la curiosidad de los grandes.

Hacia la mitad del siglo veinte, la leche en polvo, desplazaba a la natural…terminando con esos hermosos años, cuando las vacas nos daban la leche…"

Aida Santelices Kostópulos, escritora