Debates pendientes
Puede discutirse si la aproximación del ministro Clavería es correcta o incluso lícita, pero qué duda cabe que el problema planteado está completamente abierto.
"Se ha instalado en la sociedad el debate sobre si es procedente el retiro de fondos", dijo el ministro Óscar Clavería, miembro de la Corte de Apelaciones de Antofagasta, en relación con la solicitud de la profesora María Ojeda, quien exige que la AFP Cuprum le entregue los recursos de su pensión para enfrentar las contingencias económicas derivadas de sus exiguos ingresos.
El juicio del ministro es correcto: hay una conversación abierta en este ámbito, tanto en Chile, como en el extranjero, habría que agregar. La declaración del magistrado es también política; evidentemente su lectura del fenómeno tiene que registrar ese aspecto. Aquello explicita las complejidades del abordaje de la justicia, que no es una acción que ocurre en un laboratorio inocuo, limpio y sin contaminación, sino que se acomete en lo que llamamos la realidad misma.
Claro está, la justicia se administra no por mera subjetividad, sino por marcos legales que definen lo posible de lo ilegal, diferencian aquello que la sociedad tolera o castiga para buscar obviamente- el bien común.
Hay que detallar que los fondos administrados por las AFP, son de propiedad del ahorrante, eso nadie lo discute, pero tienen un fin específico: construir la pensión. Esto no es una cuenta de ahorro que el usuario pueda disponer ante una emergencia, o para cumplir sus deseos contingentes.
Y aquello es -cómo no- una decisión política, una de las tantas arquitecturas que modelan la sociedad. No se trata de la "verdad", se trata, en este caso y en cualquier otro ordenado por la ley, de lo que se estima que es mejor para la sociedad.
Otro detalle inmenso es que pareció que el Tribunal Constitucional zanjó la discusión hace algunas semanas cuando rechazó, por unanimidad, los dos recursos que solicitaban el retiro de los ahorros previsionales administrados por las AFP. Pero vemos que no.
Ante ello, debe recordarse que el juez imparte la justicia, el legislador aprueba leyes que el gobierno propone y promulga; es un entramado complejo, lento, que es móvil en el tiempo y que se transforma en función de una ciudadanía que jamás es la misma.
Quizás lo más interesante de estos días es que la sociedad está viva y bullente, expresando sus dolores y preocupaciones, exigiendo cambios efectivos y rápidos. Así, por ejemplo, aparece la demanda de la señora Ojeda y también las sorprendentes conclusiones del magistrado Clavería.
Serán otros quienes deberán discutir si esa aproximación al problema es el correcto o incluso lícita, pero qué duda cabe que al menos en la formulación del asunto, es bien evidente que el país tiene aquí, y en tantas otras materias, discusiones y debates pendientes, abiertos y en desarrollo.