La tierra, medio de reflexión
La tierra no es sólo medio de producción sino de reflexión, de fe, de creencias y prácticas sociales, es un ser que como madre alimenta y cría, es un misterio al que hay que respetar, conservar en su integridad.
Existe una estrecha relación entre el comportamiento social y la tierra.
En la limpia de canales se desarrolla una organizada, estructurada y tradicional actividad social que involucra lo laboral, religioso, festivo, comunitario, jerárquico, es decir, es una actividad holística.
Se aprecia la trama social con el culto religioso. Lo social está dado por las especializaciones laborales, las cuotas de trabajo, la coordinación de las labores, los símbolos, los sitios de reunión y rituales; lo religioso por la finalidad (culto al agua), por los rituales, comidas, bailes y danzas que agradecen a la tierra y a las aguas. Todo en una fiesta donde se trabaja, baila, come, bebe, ríe y también se llora.
Hay distintos jefes, porque existen numerosas organizaciones tradicionales; otras de carácter legal exigidas por la legislación vigente y unas terceras de carácter funcional. Con la creación de las Juntas de Vecinos (1980), las variadas directivas llevaban a serios enfrentamientos y conflictos de poder. En las comunidades más pequeñas, sabiamente resolvieron el problema nombrando una directiva que asumía anualmente la jefatura de todas las instituciones pues, en la filosofía, andina el desequilibrio social, los conflictos en la comunidad (manipulación, peleas, divisiones, mentiras, flojera, odios) repercuten negativamente en la tierra y pueden causar mala cosecha, pérdida del agua, enfermedades.
Fuimos testigos de reuniones donde los acuerdos se adoptaban por consenso; a quienes cometían errores se les daba una nueva oportunidad; y, quienes cometían faltas consideradas graves, eran expulsados temporal o definitivamente de la comunidad, decisiones aceptadas por los miembros de la comunidad.
Este poder de lo comunitario se debilitó con la Ley de Juntas de Vecinos de 1980. Hoy se encuentra casi desaparecido en las localidades de mayor población, sobre todo con la creación de dos comunas en la Provincia de El Loa.
Domingo Gómez P., profesor normalista, miembro de OPRIL