Casos de colusión
El sistema está basado en la manoseada confianza y la competencia. Es eso lo que permite precios bajos, pero también se requiere un férreo control del Estado. Así se dispuso de multas por 11.532 UTA (US$8,1 millones) para Cencosud S.A., 6.876 UTA (US$4,8 millones) para SMU S.A., y 11.160 UTA (US$7,9 millones) para Walmart S.A. Algo muy relevante.
Hace algunos días, la Tercera Sala de la Corte Suprema informó que había duplicado las multas que el Tribunal de Defensa de la Libre Competencia (TDLC) había impuesto a tres cadenas de supermercados por colusión en la venta de pollos. El máxima instancia judicial había rechazado los recursos presentados por Cencosud, Walmart Chile y SMU contra la sanción que el año pasado aplicó el TDLC, oportunidad en que se estableció el pago de 13.947 unidades tributarias anuales (UTA), y acogió la acción de la Fiscalía Nacional Económica (FNE).
La Suprema también acogió el recurso de reclamación entablado por las ONGs Odecu y Conadecus, "sólo en cuanto se dispone que, ejecutoriada la presente sentencia, vuelvan los antecedentes administrativos a la FNE, a fin de que se indague la existencia de conductas contrarias a la libre competencia y, en su caso, la necesidad de adoptar medidas correctivas o prohibitivas, respecto de otros mercados u otros productos, conforme a los antecedentes que obran en la investigación administrativa".
Se trata de una medida bastante contundente y coherente con la legislación.
La colusión, es decir, ponerse de acuerdo para alterar mañosamente el precio de cualquier bien o servicio, para obtener utilidades más altas, es un escándalo inaceptable.
El libre comercio se funda sobre la competencia y no sobre la regulación, es por ello que el precio final no es fijado ni por la autoridad ni por los medios de producción, sino que es la resultante de la acción de al menos dos fuerzas: la oferta y la demanda que existen en mercados que así lo permiten.
La operación de, al menos esas acciones, es la que posibilita que los precios sean lo más bajos posibles, por eso cualquier intromisión en ese plano atenta contra el precio, el consumidor y el sistema mismo, que tiene en la confianza -tan de moda por estos meses- un cimiento fundamental.
Son varias las preguntas que se desprenden: qué pasa con la ética en los negocios (especialmente en rubros tan sensibles como los supermercados o la salud); qué autocontroles tienen las industrias; qué poder efectivo tiene el Estado y -lo que es más crítico- qué tan libres son algunos mercados en el país. Debe ser esta una invitación a corregir esos fallos.